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·2 de octubre de 2022
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El terror y la barbarie se apoderaron el sábado del estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang en la provincia de Java Oriental, Indonesia. Un partido entre el Arema FC y el Persebaya Subaraya (2-3) acabó en tragedia después de que cientos de aficionados invadieran el campo y se enfrentaran con la policía local, generando estampidas masivas y una lluvia de gases lacrimógenos que han dejado un saldo de al menos 174 fallecidos y alrededor de 200 heridos.
Según explicó el jefe de policía de Java Oriental, Nico Afinta, un total de 34 aficionados del Arema fallecieron en las tribunas por asfixia ante la avalancha de personas en las tribunas y el colapso de las salidas del estadio. El ataque con gas lacrimógeno y la aglomeración en las tribunas facilitó el desenlace fatal "en un espacio lleno de gente que provocó dificultad para respirar por la falta de oxígeno", detalló Afinta.
De acuerdo con el funcionario, dos policías se cuentan entre las víctimas y la mayoría de las personas fallecidas perecieron en los hospitales a los que fueron trasladados. La tángana se produjo al final del denominado 'Super derby del Este de Java'. La rivalidad entre el Arema y el Persebaya es una de las más fuertes de la Liga 1 de Indonesia y, claramente, el dispositivo de seguridad para el partido del sábado fracasó.
Los locales habían logrado igualar antes del descanso la desventaja inicial de dos tantos con doblete del guineano Abel Camará, pero el japonés Sho Yamamoto adelantó nuevamente al Persebaya en el complemento para poner el 2-3 definitivo. Tras el pitazo final en el minuto 9 del añadido se desató el pandemónium en las tribunas y la invasión de más de 3.000 fanáticos del Arema acabó con enfrentamientos, primero, entre ultras y jugadores del conjunto local y, después, con la policía.
Ante la gravedad de lo sucedido, el presidente indonesio, Joko Widodo, manifestó "sus más sentidas condolencias" y solicitó "una evaluación exhaustiva de la ejecución de los partidos de fútbol y de los procedimientos de seguridad para su celebración", así como una investigación para "averiguar a fondo" los sucesos en Malang que produjeron una de las tragedias más mortales en la historia del fútbol mundial.
Por su parte, el director ejecutivo de Amnistía Internacional Indonesia, Usman Hamid, señaló el error de la policía local para controlar los disturbios provocados por los ultras del Arema FC. "El gas lacrimógeno solo debe usarse para dispersar multitudes cuando se ha producido una violencia generalizada y cuando otros métodos hayan fallado. Se debe advertir a la gente que se usará gas lacrimógeno y permitir que se disperse”, puntualizó Hamid.
La FIFA, de hecho, prohíbe el uso de este tipo de gases dentro de los estadios. El sábado, en el estadio Kanjuruhan ingresaron más de 42.000 personas, cuando su aforo máximo permitido es de 38.000 aficionados. LaLiga comunicó que todos los partidos restantes de la jornada 7 guardarán un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la tragedia. Lo propio hizo el FC Barcelona con un mensaje en su cuenta de Twitter.