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·22 de diciembre de 2022
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El equipo italiano Lucchese se la Serie C del futbol femenino está en el centro de la escena de la discusión y la indignación. ¿Por qué? Porque el club decidió excluir del plantel y dejar de pagar su salario a su arquera Alice Pignagnoli después de que ella anunciara su embarazo.
"Han sido meses muy difíciles. Estar lejos del campo es, para mí, siempre un duelo en toda regla. Entonces, en contra de mis expectativas, encontrarme con un club hostil como el Lucchese, que me perjudicaba como mujer, madre y deportista, me creó una herida profunda. Me sentía sola, inútil, incapaz, un juguete viejo que había que tirar", escribió la arquera nacida en Reggio Emilia, al norte de Italia, a través de sus redes sociales.
Pignagnoli le había hecho saber al club de la tercera categoría sobre su embarazo de su segundo hijo a mediados de octubre. Desde ese momento el conjunto italiano la excluyó además de que dejó de pagarle, por lo que recurrió a las redes sociales para visibilizar la situación.
La FIFA anunció a fines de noviembre de 2020 un paquete de medidas con el objetivo de proteger los derechos laborales a las jugadoras que estén embarazadas y deseen maternar. El organismo máximo del fútbol a nivel mundial, dispuso que los clubes están obligados a garantizar 14 semanas de baja remunerada a las jugadoras que hayan quedado embarazadas, y también a facilitar su reincorporación a su puesto de trabajo tras el parto. En la baja de maternidad obligatoria de 14 semanas se mantendrá al menos dos tercios del salario establecido en el contrato de la jugadora. Además, en el momento de reincorporarse al trabajo, el club deberá facilitar la reintegración de la jugadora y ofrecerle apoyo médico y físico. Las futbolistas tendrán derecho a amamantar a sus bebés y/o extraerse leche. Además, los clubes no pueden despedir a una futbolista por quedar embarazada ni podrá incluir "cláusulas anti-embarazo" en sus contratos.
Se han adquirido derechos a partir de la lucha de jugadoras en el pasado, como la capitana estadounidense Alex Morgan, que entrenó embarazada en el Orlando Pride en 2019 cuando todavía las nuevas reglas de la FIFA no existían y luego reapareció en el Tottenham Hotspurs seis meses después de parir.