Un 10 Puro
·23 de septiembre de 2025
Un gallego de Carreras y una tortuga asesina

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·23 de septiembre de 2025
Ni en los sueños más calenturientos del madridista más recalcitrante se podía vaticinar algo igual. El impacto inmediato que Álvaro Carreras ha tenido en el Real Madrid es algo digno de estudio. El canterano madridista, comprado al Benfica este verano convirtiéndose en el segundo defensa más caro en la historia del club blanco, es un bólido. En el Ciudad de Levante, Xabi Alonso le quiso probar de central. Y el ferrolano demostró que tiene cuajo para ser un futbolista vital también en una posición que no es la suya.
Rápido, atentísimo en la anticipación, contundente cuando había que hacerlo, capacitado para sacar el balón jugado o en conducción... Quién sabe si Xabi va a encontrar en el gallego a un Sergio Ramos zurdo igual que Jose Mourinho descubrió al sevillano como central tras alejarle del lateral derecho. En su etapa en la cantera blanca, jugó como a lateral y central zurdo, medio centro, interior y extremo izquierdo, así que su versatilidad, aunque en Portugal solo jugara de carrilero, está fuera de toda duda. El multiusos de Alonso por el costado contrario a Valverde.
El chico, además, ha caído de pie: no solo está jugando como los ángeles y aporreando la puerta de la Selección de De la Fuente, sino que está plenamente integrado en la dinámica del club. Por ejemplo, no se pierde un partido del Castilla cuando el equipo de Arbeloa juega en Valdebebas. Es feliz y se le nota. ¿Quién no seria feliz en su casa?
Además del bólido ferrolano, el partido ante el Levante tuvo muchas buenas noticias para el Real Madrid, salvo en un primer cuarto de hora del segundo tiempo donde la relajación con 0-2 en el marcador fue tan evidente que recordó a etapas pretérritas de ceja arqueada. Mastantuono marcó su primer gol de blanco (Franco fusiló al portero granota en el 39, decía algún cachondo) y siguió disfrutando y trabajando como si le fuera la vida en cada zancada. Vinicius metió un golazo estratosférico, el que necesitaba, y se besó el escudo y no la pechera a Xabi Alonso, ya tenemos debate. Ceballos rindió a gran nivel (el equipo agradece tener a un constructor sobre el césped aunque no se llame Kroos) y además estaba Mbappé.
El galo fue el jugador más gris del extraordinario primer tiempo madridista. Pero cuando los granota se pusieron 1-2 y el balón quemaba en los pies, forzó un penalti para dar aire a su equipo y lo sentenció con un carrerón a la contra (la tortuga asesina) de los suyos tras un gran pase de Arda Güler, el turco lento. En dos minutos, el francés sentenció el partido. Xabi se frota las manos. Rota y todo funciona. Y cada vez los blancos están más sueltos. El sábado espera el Atlético, con el agua al cuello y estamos en septiembre, en el Metropolitano, y eso sí será una verdadera prueba de fuego para el proyecto. De momento, seis victorias en seis partidos. Ni tan mal.