Velarde CF: La importancia de impartir educación en el campo | OneFootball

El reciente episodio vivido tras el partido entre el Velarde CF y su rival femenino no puede ser relativizado ni suavizado: lo ocurrido es inaceptable y merece una condena firme. El equipo femenino, que acudió a competir, a disfrutar y a esforzarse como cualquier otro conjunto de fútbol base, terminó recibiendo humillaciones gratuitas por parte de varios jugadores del Velarde CF, quienes, tras ganar 0-8, dedicaron a las rivales mensajes ofensivos como el ya conocido “a fregar”. Es una frase cargada de machismo, violencia simbólica y desprecio, especialmente hiriente cuando se dirige a niñas que simplemente están aprendiendo y creciendo dentro del deporte.

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Pero más grave aún es que este incidente no surge de la nada. Las actitudes discriminatorias, aunque las expresen niños de 12 años, reflejan fallos profundos en el entorno que los forma: familias, entrenadores y, sobre todo, el propio Velarde CF. Un club no puede presumir de educar en valores mientras sus jugadores reproducen mensajes machistas hacia sus rivales. La formación deportiva no se limita a enseñar a ganar partidos; también implica enseñar a respetar, convivir y valorar el esfuerzo ajeno. En ese sentido, el Velarde CF ha fallado de manera evidente.

El rival femenino, en cambio, mostró profesionalidad, dignidad y fortaleza. Jugar, competir y aceptar un marcador adverso de 0-8 ya demuestra valentía en estas edades. Lo que nunca deberían haber recibido es una humillación posterior. Ellas merecen el máximo apoyo, reconocimiento y respeto por seguir en un deporte donde aún deben soportar actitudes que no tendrían que existir en pleno siglo XXI. Su esfuerzo, compromiso y capacidad para sobreponerse a estas situaciones hablan mucho más de lo que cualquier resultado pueda reflejar.

El Velarde CF, aun abriendo expediente y anunciando charlas formativas, llega tarde. Las medidas son necesarias, pero la responsabilidad del club no desaparece con un comunicado. Un club verdaderamente comprometido con la igualdad habría trabajado estos valores desde antes, evitando que sus jugadores normalizasen expresiones machistas. Reconocer el error es el primer paso, pero no basta: el Velarde CF tiene la obligación moral de demostrar con hechos continuados que esto no volverá a ocurrir.

Apoyar hoy al equipo femenino no es una postura simbólica, sino un acto de justicia. Ellas fueron las víctimas de un comportamiento vejatorio y merecen que el foco se ponga en su esfuerzo y en la falta de respeto que recibieron. Condenar lo ocurrido es indispensable, no solo por este caso en concreto, sino para que ningún otro equipo femenino, infantil o de cualquier categoría tenga que soportar humillaciones similares.

El deporte debe ser un espacio seguro, de aprendizaje y de igualdad. Y cuando un club falla en su deber de educar, es necesario señalarlo. El Velarde CF tiene mucho que reflexionar y aún más que demostrar. Mientras tanto, el apoyo y la admiración deben ir dirigidos a quienes, pese a la falta de respeto recibida, siguen defendiendo el fútbol con pasión, responsabilidad y respeto: el rival femenino que salió del campo sin perder su dignidad, aunque otros hayan perdido la suya.

Autor: Izan Delgado

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