(VIDEO) Hernán Galíndez: “Soñaba ir a la Selección, lo decía como un chico que dice quiero ir a la luna” | OneFootball

Hernán Galíndez, guardameta de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, brindó declaraciones en una entrevista con ESPN Fútbol 90, donde repasó su actualidad con el club argentino Huracán, su experiencia con la Tricolor y los momentos complicados que ha atravesado a lo largo de su carrera deportiva.

Galíndez explicó que su decisión de unirse a Huracán tuvo como objetivo elevar su nivel de juego tras su paso por Aucas en Ecuador: “Vine a Argentina porque me iba a obligar a subir mi nivel. Me va a dar más posibilidades de estar en la selección y por supuesto que quiero seguir estando. Mi objetivo es estar en el próximo Mundial y no me voy a bajar de esa pelea. Estar en la selección es lo más lindo que me pudo pasar. Disfruto muchísimo la convocatoria, la convivencia, ver a Moi, a Piero, a Pervis, a toda esa banda que son unos chicos bárbaros y aprendo mucho de eso."

Hernán también habló sobre su proceso de nacionalización como ecuatoriano, subrayando que fue una elección personal y no deportiva: “Estuve 12 años. La decisión de nacionalizarme la tomé como una persona natural, no por lo deportivo, porque habíamos tomado la decisión de quedarnos a vivir, nació nuestro hijo allá. Quiero votar, quiero ser parte de este país de verdad. Me demoró mucho tiempo el trámite y luego me llamaron a la Selección."

Sobre su primera convocatoria a la selección de Ecuador, compartió: “Soñaba ir a la selección, lo decía como un chico que dice quiero ir a la luna. Sabía que no tenía posibilidades, pero estaba ahí el sueño. Cuando me llamó Alfaro fue un día increíble."

En cuanto a la dificultad del puesto de arquero y la mentalidad necesaria, Galíndez comentó: “Siendo arquero es más difícil llegar. No hay lugar para los arqueros." Y profundizó en su análisis del rol: “Creo que hay una cuestión psicológica, que una cosa es debutar, atajar partidos sabiendo que después vuelve el otro por una lesión o una suspensión, y otra cosa es cuando ya te sentís titular y tenés la responsabilidad de soportar un arco. Es diferente. Por eso es difícil ser joven y aguantar un arco."

Galíndez también mencionó la enseñanza de un exentrenador: “El Gato Andrada fue mi entrenador de arquero y me decía que el arquero se hace arquero después de comerse 100 goles. Yo creo que hay que cometer errores y después de los 30 años es como que empezás a entender el puesto desde otro lugar, empezás a relajarte mucho más y empezás a disfrutarlo."

Galíndez recordó los momentos más oscuros de su carrera, especialmente el descenso de Rosario Central en 2010: “En Central la pasé muy mal. Me tocó descender. Atajé los últimos seis meses por la lesión de Broun, estuve en la Promoción y yo lo dije públicamente, no atajé bien, cometí errores y fui parte de uno de los culpables, porque Central descendió. Yo asumo esa responsabilidad. Era chico, tenía 23 años. Había atajado 15 partidos en Primera y un día me encontré atajando en la Promoción..."

Sobre cómo lidió con el descenso, agregó: “Me costó mucho salir de ese momento. Fue muy duro. Estuve, probablemente, con depresión, que no sabía lo que era. Estaba todo el día encerrado, sin ganas de comer, sin ganas de salir de la cama. Me pasaron cosas feas por la cabeza. Me llegué a preguntar si era verdad que quería ser arquero."

También reveló cómo encontró una oportunidad de renacimiento en Ecuador: “Cuando me fui a Ecuador, acá me había quedado sin lugar. Un día me dijeron: 'no te necesitamos más, gracias'. Y me fui a jugar a la B de Ecuador y no fue fácil. Fue probablemente, el año más duro que tuve en mi vida."

"Por suerte salimos campeones, fue un buen año para mí y arrancó ahí mi carrera en Ecuador."

Galíndez también compartió su experiencia enfrentando a Lionel Messi, desde los torneos infantiles en Rosario hasta los duelos internacionales con la Albiceleste: “Lo único que esperás cuando ataca Messi es que se desmaye. Enfrentarlo es... está en otro nivel, pero desde muchos lugares, no solamente en lo deportivo."

Y recordó su primer encuentro con Messi: “Nos enfrentamos desde muy chiquito, cuando arranqué a atajar a los cinco años. Ya en Rosario todo el mundo sabía quién era Messi."

"Yo en esa época jugaba en un equipo que se llamaba Alianza Sport. Y todos los equipos que jugabas y llegabas a la final, ahí iba a estar Messi. Un coloradito, chiquito, decíamos, que se llama Messi."