Revista MadridistaReal
·23 de diciembre de 2025
Vinicius pierde apoyos entre el madridismo y los gana en el vestuario

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El brasileño, señalado por el Santiago Bernabéu, encuentra respaldo total en sus compañeros, el cuerpo técnico y el Real Madrid
La fractura emocional entre Vinicius Jr. y una parte del Santiago Bernabéu empieza a ser evidente. En un contexto de resultados poco convincentes y tensión máxima alrededor del equipo, el número siete se ha convertido en uno de los principales focos de crítica del madridismo. La grada, cansada y sin paciencia, ha decidido señalarle de forma directa, algo que quedó reflejado desde la primera jugada del último partido, cuando los primeros toques de balón de Vinicius fueron acompañados por un murmullo incómodo que pronto derivó en pitos.
La escena fue tan cruda como reveladora. Nada más comenzar el encuentro, Vini falló una acción sencilla y, de inmediato, el Bernabéu reaccionó. El propio jugador, visiblemente superado, se giró gesticulando hacia el sector más cercano con un mensaje que captaron las cámaras: “¿Qué hacemos? ¿Qué hago? Es la primera jugada del partido… ¡maldita sea!”.
Este es solo uno de los claros síntomas de que su relación con la grada atraviesa su punto más delicado desde que viste de blanco.

Angel Martinez/Getty Images
El madridismo ha entrado en una fase de exigencia extrema, y Vinicius está pagando el precio de ser una de las caras visibles del proyecto. Su lenguaje corporal, sus gestos de frustración y su irregularidad en momentos clave han generado un desgaste que ahora se manifiesta sin filtros. La afición no distingue contextos ni dinámicas colectivas: exige liderazgo, impacto y soluciones inmediatas. Y cuando no llegan, el foco se posa sobre los jugadores diferenciales.
Para Vinicius, el golpe ha sido duro. No es habitual verle tan expuesto emocionalmente en su propio estadio. El brasileño siempre ha convivido mejor con la hostilidad externa que con el reproche interno. Esta vez, sin embargo, el escenario ha cambiado. El Bernabéu, tradicionalmente protector con sus estrellas, ha decidido enviar un mensaje claro: el crédito no es infinito. Y eso, para un futbolista que vive del impulso emocional, supone un reto mayúsculo.
Además de la contestación a los aficionados que ya hemos comentado, la primera reacción del jugador justo al término del encuentro fue la de cambiar su foto de perfil en redes sociales -en la cual salía besando una camiseta del Real Madrid- por una en la que celebra un gol con Brasil. Momento delicado.

Angel Martinez/Getty Images
En el vestuario la situación es completamente distinta: Vinicius cuenta con el apoyo absoluto de los pesos pesados del equipo, del cuerpo técnico y de la dirección deportiva. En el seno del grupo entienden que el brasileño está siendo uno de los grandes damnificados de la mala dinámica colectiva y consideran injusto que cargue con un peso que excede su rendimiento individual. Lejos de reproches, el mensaje interno es de protección y confianza.
Xabi Alonso también ha sido claro con el jugador. El técnico cree firmemente en su papel dentro del proyecto y valora su impacto más allá de los números. El club, por su parte, no tiene ninguna duda: Vinicius es patrimonio del Real Madrid y uno de los pilares sobre los que debe construirse el futuro. En Valdebebas interpretan los pitos como una reacción emocional del entorno, no como una ruptura irreversible.
El reto ahora es recomponer el vínculo con la afición. Recuperar sensaciones, simplificar su juego y volver a decidir partidos. El Bernabéu, aunque duro, siempre ha sabido perdonar a quienes responden en el campo. Vinicius tiene el respaldo de los suyos. Ahora necesita reconquistar a los de fuera.
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