Vinicius pone el «rock and roll» | OneFootball

El brasileño, que fue suplente y salió desde el banquillo ante el Espanyol, decidió el partido que acabó con goleada gracias a su inspiración, insistencia y presencia en el terreno de juego. Vini asistió a Rodrygo para hacer el segundo gol y anotó el 3-1 para poner la tranquilidad en el Bernabéu

Vinicius Junior está de vuelta. En el partido donde no fue titular y tuvo que salir desde el banquillo, fue en el que mayor productivo y decisivo resultó ser, aunque su presencia siempre es fundamental para el conjunto de Carlo Ancelotti. El brasileño, que tuvo que ponerse a calentar en el minuto 8 debido al golpe que sufrió Bellingham en su hombro, estuvo a punto de entrar de manera instantánea, pero el inglés pudo continuar y Vini, nuevamente, esperó su turno a la segunda parte.

En el segundo acto, y concretamente después del gol del conjunto perico, Vinicius saltó al verde del Bernabéu, ocupando el lugar de Arda Güler, que cuajó muy buenos minutos, pero que quizá era el futbolista que le tenía que dejar el sitio al brasileño, porque tanto Mbappé como Rodrygo son indiscutibles para Ancelotti, además de Jude Bellingham. El ‘7’ madridista agitó el partido él solo, con su presencia, con sus arrancadas por la banda y con su ya mítico aliento que transmite a la grada del feudo merengue.

Llegó el empate del Real Madrid, en las botas de Carvajal, y a partir de ahí, el recital de Vini. El brasileño asistió a su otro compatriota, Rodrygo, con una asistencia de exterior, con tres dedos, perfecta y en bandeja para que el ’11’ empujase a portería vacía e hiciera el 2-1 en el marcador. Vinicius lo había cambiado todo, y con el resultado, cada contragolpe con Mbappé, Bellingham, Vinicius y Rodrygo era un duro castigo para un Espanyol que se había visto por delante durante varios minutos.

Como un cuchillo caliente entró Vinicius en la jugada del 3-1, entre los centrales, para que Kylian Mbappé le asistiera antes de que batiera a Joan García. Delante del portero catalán, Vinicius encaró y remató de zurda sutilmente, raso y pegado a la cepa del poste. Inalcanzable e inapelable. Era el tercero en su cuenta particular en lo que llevamos de campeonato, pero más allá de los números, las sensaciones son de que el mejor Vinicius está de vuelta.