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·31 de octubre de 2025

Xabi y las promesas sin cumplir

Imagen del artículo:Xabi y las promesas sin cumplir

El técnico vasco ha devuelto el orden y la identidad al equipo, pero sus decisiones contradicen el discurso del mérito que prometía instaurar

Xabi Alonso está haciendo un magnífico trabajo como entrenador del Real Madrid. El domingo ganó su primer gran partido al mando del club, nada más y nada menos que ante el máximo rival. Xabi dominó el Clásico desde el minuto uno: una estrategia que funcionó y una paliza en lo táctico a Flick. Sin embargo, al tolosarra se le encomendaron una serie de promesas desde la afición y los medios que por ahora no ha cumplido. Meritocracia solo con algunos y poco entendibles y de la cantera ni rastro.

Alonso como número uno del vestuario

Xabi, poco a poco, está construyendo un equipo ganador. Sólidos en el día a día y capaces en el día D. Después de dos derrotas en sus primeras dos grandes citas (4-0 ante el PSG y un 5-2 contra el Atlético), El Clásico parece un punto de inflexión en la carrera del vasco en el banquillo madridista. No hubo rival y se jugó a lo que propuso el Real Madrid – a veces con balón y otras sin el-. Con algo más de acierto y otra pizca más de fortuna, el resultado pudo haber sido más abultado que el 2-1 final. Sin duda, el sistema de Xabi empieza a carburar.


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Alonso vino con unas ideas que parecieron calar desde el primer día. La presión conjunta, el juego combinativo, la salida de balón jugada, la importancia de los laterales… una revolución táctica en un conjunto que históricamente ha dejado hacer a sus estrellas. Con las semanas de trabajo, Xabi ha conseguido que el Real Madrid gane partidos de manera rutinaria y que los jugadores estén al máximo. Los mejores ejemplos son Mbappé, Tchouaméni o Güler, pero otros como Valverde, Vinicius y Bellingham que empezaron la temporada con dudas, parece que disfrutan de una plenitud física y futbolística.

El dogma de la meritocracia

En el mundo del fútbol, por muy crudo que suene, no suele existir esta meritocracia de la que se ha hablado. Existen una serie de rangos dentro del vestuario, por lo que hacen en el campo y lo que significan para el club. Por eso es tan raro haber escuchado tanto esa palabra. «Xabi Alonso va a traer la meritocracia al Real Madrid», se hartaron a decir los medios. Los aficionados compraron el relato rápidamente, el último año de la era Ancelotti causó mella. El entrenador es una de las piezas más importantes del vestuario, debe tener la capacidad de hacer y deshacer, pero se le encargó una cosa que no es capaz de cumplir.

Esta meritocracia tampoco existe en el Real Madrid de Xabi Alonso. ¿Dónde están los minutos de Gonzalo después de ser el máximo goleador del Mundial de Clubes? ¿Por qué Endrick no se ha vestido de corto tras promediar un gol cada 72 minutos en Copa del Rey? ¿Bellingham estaba para jugar el derbi nada más salir de lesión? En estos gestos es donde se ve que a Xabi le han encargado una labor inexistente en el fútbol. No es el que más manda, hay una agenda para cumplir. Si el fútbol fuese justo Gonzalo y Endrick hubiesen jugado más o Bellingham no hubiera sido titular contra el Atlético.

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Vinicius Junior reacciona a su cambio en el Clásico

Para más inri, en caso de existir tal meritocracia, ¿cuál es la que vive Vini? El brasileño empezó bajo lupa. Llevaba meses sin mostrar su mejor versión y solo dejaba detalles esporádicos de lo que en algún momento fue. En ese momento las rotaciones de Vinicius se podían entender, que su sustituto fuese Rodrygo no tanto. No obstante, el carioca ha vuelto a ser lo que era. Su nombre está entre los mejores y más determinantes del mundo, es una gran estrella. Pero es al único jugador de esa categoría que le hacen rotar constantemente. Al único que le cambian haciendo grandes partidos en encuentros clave, como se volvió a ver contra el FC Barcelona.

El Castilla, olvidado

Otro de los motivos que sacaron de quicio a la afición en el último año de Ancelotti, fue el poco uso de la cantera. Xabi también traía el dogma de confiar en las nuevas generaciones del filial. Su relación con Arbeloa iba a ser clave y el Bernabéu vería caras nuevas. Por ahora, nada de nada. Gonzalo García es el único que ha asomado la cabeza y después de un gran Mundial de Clubes, que le aseguró un puesto en la primera plantilla del Real Madrid, parece condenado al ostracismo. Gonzalo solo juega los últimos minutos de partidos resueltos y aún así es el canterano que más viste de corto.

A decir verdad, Xabi Alonso no tiene ninguna necesidad de sacar a relucir la buena camada que tiene el club (como se está demostrando el Castilla de Arbeloa, que se posiciona cuarto en 1RFEF). Las lesiones respetan a la plantilla y el buen funcionamiento del equipo no obliga a pensar en otros nombres para darle solución a problemas. Sin embargo, la única vez que ha urgido la necesidad de buscar un lateral derecho ante las bajas de Trent y Carvajal, ha sido Valverde quien ha ocupado el carril. Ni rastro de Fortea o David Jiménez; lo mismo por lo que fue criticado Ancelotti.

Xabi Alonso ha devuelto al Real Madrid orden, trabajo y ambición, pero la famosa meritocracia que prometía no termina de existir. Hoy parece más un eslogan que una realidad. No puede hablarse de justicia deportiva cuando solo se aplica con uno, y ese uno es Vinicius Junior, el jugador que más ha hecho por este club en los últimos años. Si Xabi quiere demostrar que manda él, que no hay jerarquías ni presiones desde arriba. Que el que juegue sea el que se lo gana, sin matices ni excepciones. Solo así podrá decirse que en este Real Madrid manda el mérito y no el nombre.

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