Amargo regreso para Borja Iglesias | OneFootball

Foto: Marta G. Brea / Faro de Vigo

Aunque en términos ligueros Borja Iglesias nunca se fue, ya que jugó el último partido de la pasada Liga y el primero de esta, muchas cosas pasaron desde entonces. Decían sus padres en la previa del partido ante las cámaras de DAZN que el verano fue largo, con momentos en los que su regreso parecía un hecho y otros en los que no tanto.

Así fue también para el celtismo. Aún creyendo en su vuelta, fue imposible no tener momentos de dudas por la tardanza en la resolución del acuerdo entre los clubes, que llegaron a mantener posiciones muy distantes. Sin embargo  la lógica se impuso y el ariete regresó al Celta, y ayer vivió sus primeros minutos con su nueva camiseta, con la ilusión de un alevín que comienza una nueva temporada con los compañeros de siempre.

Su regreso seguramente no fue lo esperado, ni por el jugador ni por la afición. Saltó al terreno de juego en un momento muy complicado, y tuvo que afanarse más en pelear con los defensas del Getafe que en desarrollar su juego. Bordalás tejió una tela de araña con la que atrapó al Celta, que acabó cayendo víctima de su propia desesperación. Borja no fue ajeno a ello.

No es un buen partido para juzgar a nadie, porque los madrileños ganaron la batalla, pero quedan por delante otras 37 antes de que se acabe la guerra, y sin duda vendrán momentos más felices. Esos que vivió el año pasado y por los que solo quería jugar en el Celta.