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·2 décembre 2024
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Hizo un gol al Getafe, lanzó el de Mbappé y soportó el peso del ataque. Reclama el papel de líder ofensivo, por durabilidad y rendimiento, de este Madrid.
Cuando Bellingham sonríe, el Madrid sonríe. No es coincidencia, es consecuencia. Cada vez queda más patente que parte de la irregularidad del equipo blanco en el primer trimestre de competición vino por la reubicación del inglés para acoger a Mbappé. Progresivamente Ancelotti fue entendiendo que el Bellingham amordazado del Clásico era un error y cuando le acercó a su zona caliente, el inglés se reactivó con ese gol a Osasuna hace tres jornadas. La pasada, cayó otro en Butarque. Y ayer, al Getafe. Tampoco es casualidad.
Hubo voces que cuestionaron si el bajón de rendimiento del 5 madridista hasta cominzos de noviembre era el resultado de una prolongación de su precario estado físico en el tramo final del curso pasado, acrecentado por la Eurocopa y el descanso casi a salto de mata. Pero aunque parezca ya tan lejano, el 14 de agosto Jude fue el MVP de la Supercopa de Europa en un despliegue futbolístico excelso para ser el primer partido oficial de la 2024-25. Aún lo jugó en una posición más cercana a la del Bellingham 1.0 en el Madrid, ese de los cinco goles en sus primeras cuatro jornadas de Liga y cuatro dianas en los primeros cuatro encuentros de la Champions.
En aquel momento, Jude era el portaaviones de un Madrid que tenía que sobrevivir a la ausencia de Benzema. Robaba, generaba, asistía y finalizaba. Inmenso. Ahora vuelve a serlo. Contra el Getafe cargó sobre sus espaldas con el ataque blanco. Primero descargó a Mbappé de presión, cuando se apropió del balón en el penalti. Kylian quedó a resguardo de un potencial fallo desde los once metros que unir al de Anfield y aumentar el runrún. Bellingham marcó con paradinha y le hizo un gesto de me he quedado con tu cara a David Soria, con el que unos minutos antes tuvo un aparatoso choque. Pero sin excederse, hasta en eso tiene estilo.
Pero ese golpetazo con el portero azulón tuvo consecuencias. En el paso por vestuarios al descanso, Jude se vio mareado y el club activó el protocolo ante posibles conmociones. No salió, pero con solo una parte había sentado otro día más cátedra. Porque antes había teniendo tiempo de comenzar la rehabilitación de Mbappé dándole el pase para el segundo tanto blanco. Este Bellingham 2.0 vuelve a asustar.
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