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·25 août 2025
Con Palacios y Alarcón en cancha, Boca volvió a ganar en La Bombonera: 2-0 a Banfield (Video)

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Cambió la energía en la Bombonera. Si hace un par de semanas cuando Solari marcó el 1-0 de Racing el camino todavía estaba empinado al agujero negro en el que estaba sumergido Boca, ahora que Edinson Cavani anotó el 2-0 para un triunfo como local y el segundo consecutivo tras cortar la mala racha en Mendoza está claro que el panorama ya no es el mismo. Que una victoria llama a otra victoria y que la sonrisas contagian alegría. Así, todo es más fácil.
El que hace que todo se vea más fácil es Leandro Paredes. El volante central, convocado por Lionel Scaloni para la Selección Argentina, fue la gran figura de Boca en el triunfo ante Banfield que le permite al equipo de Miguel Ángel Russo acomodarse -al fin- en la Zona A del Torneo Clausura y alcanzar a River en la tabla anual para estar en puestos de clasificación a la Copa Libertadores 2026, a esta altura del año, el único objetivo que le interesa a la gente y al club, porque si logra salir campeón -además- será de yapa.
¿Cuánto le deben Boca, Russo y el presidente, Juan Román Riquelme, al regreso de Leandro Paredes? Y la respuesta se encuentra en diferentes lugares. En la cancha, un montón. Paredes lleva la pelota, ordena y saca una diferencia abismal con su calidad y jerarquía. En el primer tiempo tiró una pared con Cavani y sacó una volea de sobre pique que dejó a todos sorprendidos y le quemó las manos al arquero Sanguinetti. En el segundo metió la pelota entre líneas para que Aguirre habilitara a Merentiel en el 1-0 y tiró el córner desde la derecha que derivó en el cabezazo de Cavani para sellar el triunfo por 2 a 0.
¿Cuánto le deben Boca, Russo y el presidente, Juan Román Riquelme, al regreso de Leandro Paredes? Y la respuesta se encuentra en diferentes lugares. En la cancha, un montón. Paredes lleva la pelota, ordena y saca una diferencia abismal con su calidad y jerarquía. En el primer tiempo tiró una pared con Cavani y sacó una volea de sobre pique que dejó a todos sorprendidos y le quemó las manos al arquero Sanguinetti. En el segundo metió la pelota entre líneas para que Aguirre habilitara a Merentiel en el 1-0 y tiró el córner desde la derecha que derivó en el cabezazo de Cavani para sellar el triunfo por 2 a 0.
Pero también es el capitán sin cinta y el encargado de unir a un grupo que había quedado segmentado tras la disputa entre Marcos Rojo y el ya extinto Consejo de Fútbol (Chicho Serna, uno de los desplazados, estuvo en la cancha). Acá no hay dudas, si antes sus compañeros tenía que elegir entre Rojo o Cavani, ahora se cerró la grieta: hay que seguir al número 5. Paredes además es referente para declarar ante los medios y para ser el interlocutor frente a los dirigentes y el entrenador, que lo cuida como un padre a un hijo y este domingo lo sacó sobre el final para que recibiera el cariño de la Bombonera, pero también para que descansara algunos minutos.
Es que desde que llegó, Paredes no dejó de jugar. Y eso que venía de unas largas vacaciones. En la tabla, el nacido en San Justo ya le generó a Boca puntos que de otro modo le hubieran sido difíciles de sumar. Tiró el centro para el empate de Di Lollo ante Unión, lo mismo con Giménez frente a Racing; generó el gol en contra de Centurión en Mendoza y ante Banfield fue el lanzador para los dos gritos en la Bombonera. Qué más se le puede pedir al campeón del mundo, que además se tira a los pies, recupera y después juega como los dioses.
La certeza de Boca está en la mitad de la cancha, porque si Paredes no llega está Rodrigo Battaglia para cubrirle la espalda. El ex Huracán, Mallorca, Sporting Lisboa y Atlético Mineiro -entre otros- también tuvo un destacado partido. Es el socio ideal para que Paredes juegue más suelto. Tiene buen juego aéreo (un cabezazo suyo terminó en el gol de Cavani) y también es bueno con los pies. Está claro que su puesto es en la mitad de la cancha y no en la zaga central.
A partir de ellos, Boca dio un primer paso para empezar a crecer. Es cierto que Banfield no fue medida, pero esta vez Boca hizo lo que se le exige: ganó, fue sólido, sus delanteros marcaron y trepó en la tabla. Nada para cuestionar. Sin embargo, está lejos de lo que se pretende. Todavía le falta mucho al chileno Carlos Palacios, que intentó hacerse dueño de la pelota y llevar al equipo para adelante, pero estuvo intermitente y debe recuperar el ritmo. Lo mismo para Brian Aguirre, que se ganó el puesto por la derecha, pero todavía no puede sostener en los 90 minutos una constancia como para ser número puesto para Russo. Velasco y Zeballos siempre están listos para competir por esos puestos, aunque esta vez no pudieron aumentar el marcador para redondear una nueva goleada. Párrafo aparte para Merentiel y Cavani, los uruguayos cortaron la sequía y Boca los necesita para dar pelea. Poco a poco se abrirá otro debate: ¿qué pasará el día que no esté Paredes? Para eso todavía falta y ahora es momento de disfrutar. Después de tanto tiempo.
/Escrito por Juan Lagares para Clarín de Buenos Aires