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·20 novembre 2024
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ha concedido una reveladora entrevista a Clank Media, donde ha revivido algunos de los momentos más intensos de su carrera.
El atacante argentino recordó con sinceridad la feroz rivalidad entre el Real Madrid dirigido por José Mourinho y el FC Barcelona de Pep Guardiola, una etapa marcada por una intensidad extrema en los clásicos, tanto dentro como fuera de la cancha.
“La única manera de ganarle a ese Barcelona era pegando, metiendo y corriendo más que ellos. Y eso llevó de alguna manera a que se caguen a piñas dentro de la cancha. Por momentos tenía miedo que lo lesionen al 'Enano', me preocupaba más por que no le pase nada que por otra cosa”, confesó Di María, en referencia a la agresividad con la que ambos equipos afrontaban estos duelos.
El argentino no solo habló de lo que significaba enfrentar a un Barça que era referencia mundial en aquel entonces, sino que también se centró en la figura de Lionel Messi, quien lideraba al conjunto azulgrana con su calidad inigualable. “Era imposible de parar. Teníamos que jugar de esa manera, no había otra. Ellos eran muy superiores técnicamente, y lo único que podíamos hacer era competir con intensidad y contacto físico”, explicó.
Real Madrid v Malaga - La Liga / Denis Doyle/GettyImages
Di María también rememoró uno de los partidos más emblemáticos de aquella época: la final de la Copa del Rey 2011, disputada en Mestalla, que el Real Madrid ganó por 1-0 gracias a un cabezazo de Cristiano Ronaldo. El extremo argentino describió el ambiente de aquel encuentro como "durísimo" y no esquivó los detalles más controversiales.
"Esa final era patada y patada. En un momento le tuve que pegar una patada a Leo, que se nos iba de contra. Lo levanté y le dije: ‘Perdón, enano, pero si no te bajaba nos podían hacer el gol’. No me quedaba otra opción", relató entre risas.
Para Di María, aquellos clásicos tuvieron una carga emocional especial debido a su relación con Messi. Pasar de enfrentarse en uno de los contextos más hostiles a ser su compañero en la selección argentina fue un cambio significativo.
"El respeto y la admiración por él siempre estuvieron. Pero cuando lo enfrentas en un clásico como esos, no hay lugar para las amistades. Luego, en la selección, todo eso queda atrás, y lo que queda es el orgullo de tenerlo como compañero y de jugar al lado del mejor del mundo", expresó.