
San Lorenzo Web
·1 août 2025
El goleador de inferiores, dirigido por Simeone y Ramón Díaz, que fundó un club en su ciudad

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En las Inferiores de San Lorenzo nadie olvidará al “Tanque” Benítez. Fue el máximo goleador de su generación, con 108 tantos, incluidos seis en un mismo partido ante El Porvenir. Esa potencia goleadora lo catapultó a la Selección Sub 17, a un Mundial en Corea del Sur, y al debut en Primera bajo las órdenes de Diego Simeone. Pero el fútbol, muchas veces, no responde a los planes de nadie.
A los 29 años, y tras un paso por varios clubes, lesiones persistentes y un desgaste emocional profundo, Nahuel decidió colgar los botines profesionalmente. Volvió a su Concordia natal y fundó su propio club: Real Concordia. Un espacio que hoy aloja a más de un centenar de chicos, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad, y que funciona como un refugio y una escuela de vida.
Ser el “máximo goleador de las Inferiores de San Lorenzo” es un título que pesa. “Sentía que siempre tenía que hacer goles, y si no lo lograba, me castigaba”, contó en una entrevista. Esa presión, sumada a las lesiones y la inestabilidad del Ascenso, fue apagando su pasión. “Venía trabajando con una psicóloga desde los 26. Me costaba disfrutar del juego. Sentía que me mentía a mí mismo con que era futbolista”.
Benítez debutó en la Primera del Ciclón en 2010, jugó 13 partidos y convirtió tres goles: ante Godoy Cruz, Villa Dálmine por Copa Argentina y Argentinos Juniors. Fue dirigido por Simeone, Ramón Díaz y también vivió el turbulento 2012, cuando San Lorenzo luchaba por evitar el descenso con Ricardo Caruso Lombardi al mando. “Conozco al hincha de San Lorenzo, lo que da por el club. Y no se merecía irse al descenso. Caruso lo levantó con la palabra”, recuerda.
En su paso por Deportivo Riestra, Benítez compartió entrenamientos y partidos informales con Diego Maradona, quien solía visitar al equipo. “Le cebaba mate y todavía tengo ese mate guardado bajo llave. Gritó un gol mío como si fuera el del ’86”, cuenta. Hoy, Diego está presente en el mural que adorna la entrada del Real Concordia, pintado por artistas locales.
El club que fundó surgió como una forma de transformar la frustración en acción. “No sabía qué hacer después del retiro. Me prepararon para llegar a Primera, pero no para saber qué venía después”. Con licencia de DT, cursos de coaching y una fuerte vocación social, armó desde cero un club que alberga a más de 100 chicos, de los cuales un 30% son de la calle. “Algunos entrenan descalzos. Recibimos donaciones de ropa, leche, hasta pan dulce. Lo más lindo es ver que, en poco tiempo, ya hemos llevado pibes a San Lorenzo y otros clubes”.
Hoy, además de dirigir su club, Nahuel también alza la voz como presidente del Real Concordia. Hace pocas semanas denunció públicamente el manejo discrecional del Estadio “Ciudad de Concordia”, donde deben alquilar o gestionar el uso para jugar fútbol 11. “Pedimos que se administren con criterios claros, sin favoritismos. No pedí un favor, pedí transparencia en el uso de un bien público”.
El reclamo institucional no fue respondido aún por las autoridades, y según Benítez, eso refleja una falta de seriedad. “Lo mínimo que un ciudadano espera cuando presenta un reclamo respetuoso es una respuesta formal. No puede ser que se maneje todo por WhatsApp y sin canales institucionales”.
Nahuel Benítez fue parte de la cantera azulgrana más rica en talentos. Jugó un Mundial, fue dirigido por técnicos de renombre, y conoció a Diego Maradona. Hoy, en otra cancha, lidera un proyecto que busca que ningún chico se quede sin jugar por falta de recursos. San Lorenzo sigue presente: desde la ropa que donó la peña de San Justo hasta los pibes que ya se prueban en el Bidegain.