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·9 décembre 2025
El madridismo aplaude a Rodrygo por primera vez en mucho tiempo: '¡Tienes que...'

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El final del partido entre el Real Madrid y el Celta dejó una escena cargada de tensión, protestas y emociones contenidas. Sin embargo, también dejó un gesto inesperado que ha generado un pequeño terremoto entre la afición blanca: el aplauso hacia Rodrygo. El brasileño, que llevaba semanas bajo la lupa por su bajo rendimiento, protagonizó un momento que conectó con el madridismo como hacía tiempo que no ocurría.
Los últimos minutos fueron un torbellino, la expulsión de Álvaro Carreras encendió la mecha, Quintero González sacó amarilla y, acto seguido, la roja. En cuestión de segundos, todo se descontroló. Los jugadores del Madrid rodearon al árbitro, el banquillo explotó en protestas y el clima del Bernabéu se volvió irrespirable.
Carreras fue el primero en plantarse ante el colegiado. Le reprochó los parones constantes del encuentro con un contundente “llevas todo el partido así”. A él se unió Valverde, intentando frenar la expulsión con un “no lo puedes echar”, que le costó también una amarilla.
Álvaro Carreras fue el primero en plantarse ante el colegiado | Getty Images
Pero quien realmente impactó fue Rodrygo. El delantero, habitualmente calmado y prudente, rompió su imagen de jugador silencioso. Se encaró con el árbitro con unas palabras que resonaron en el estadio: “Tienes que respetar, mira dónde estás, tienes que respetar”.
El gesto fue contundente, directo y cargado de orgullo. Señaló el césped y el escudo, como recordando el peso del club y el respeto que la afición siente que muchas veces se les niega. Esa reacción, inesperada en él, encendió un aplauso espontáneo entre parte del madridismo, que llevaba tiempo pidiendo carácter al brasileño.
El caos no terminó ahí. Endrick, aún en plena adaptación, también acabó expulsado por encararse con el cuarto árbitro a gritos. El cuerpo técnico tuvo que sujetarlo para evitar que la escena fuera a más.
En apenas un minuto se mostraron cinco tarjetas. Vinicius, con su habitual mezcla de ironía y frustración, lanzó una frase que ya circula por las redes: “Saca más rojas”. Era el reflejo de un equipo desbordado por la situación y cansado de decisiones arbitrales que consideraban injustas.
En medio de ese desorden, Rodrygo se ganó un reconocimiento inesperado. Muchos aficionados llevaban semanas criticándolo, pero su arrebato de orgullo conectó con algo profundo: la sensación de defensa del club, del escudo y del vestuario.
Por primera vez en mucho tiempo, el madridismo lo aplaudió no por un gol o una jugada brillante, sino por un gesto de carácter. Un detalle que, quizás, marque un punto de inflexión en su relación con la grada.









































