El Real Madrid cumple en Francia… pero no evita a uno de los ‘cocos’ en Champions | OneFootball

La Champions League celebraba su última jornada por todo lo alto en este nuevo formato con una multijornada de infarto en la que estaba todo por decidir. La noche del miércoles reunía un total de 18 partidos de Champions en los que gran parte de los equipos aún tenían todo por decidir. Entre ellos, el Real Madrid visitaba el Stade de Roudourou con un objetivo casi imposible. Colarse entre los 8 primeros.

Algo para lo que el conjunto blanco necesitaba poco menos que un milagro, de la mano de una sucesión de resultados que no dependían únicamente del resultado cosechado por los de Carletto. Algo que no implicaba, por supuesto, que el Real Madrid no estuviera obligado a ganar. No solo con el objetivo de colarse entre los ocho primeros, sino también en busca de, en el peor de los casos, acabar entre el octavo y el dieciseisavo para ganarse así el derecho a disputar la vueltaa de la eliminatoria en el Santiago Bernabéu.

Poco futbol resuelto por una genialidad de Rodrygo

Un inicio que, sin embargo, no estuvo a la altura de lo mucho que se jugaban ambos equipos. Y es que la presencia de bengalas en las gradas del Stade de Roudourou retraso el inicio del encuentro 5 minutos. Una vez disipado el humo, el balón echó a rodar, y el conjunto blanco comenzó tomando la iniciativa del encuentro, con mucha posesión en los primeros minutos.

No obstante, el entramado defensivo francés, sumado a una altísima presión, dificultó mucho la circulación del balón por parte de los de Ancelotti en la zona de tres cuartos de campo, con un bloque bajo que dificultaba las triangulaciones entre los hombres de ataque del Madrid. A esto se sumaba el hecho de que el Brest amenazaba a la contra con muchos hombres, lo cual generaba una situación de riesgo cada vez que el conjunto blanco salta al ataque.

Lo minutos pasaban, y a pesar de que el juego se desarrollaba casi en su totalidad en campo francés, el Real Madrid no terminaba de encontrar el camino a la portería. No obstante, poco a poco el conjunto blanco trataba de tejer jugadas de peligro. y la primera ocasión de gol nació de las botas de Modric, que puso con música un balón apuntó de penalti, encontrando un Rodrygo que conectó un potente cabezazo que acertó Bizot a despejar a córner.

Sin embargo, por los planes del brasileño no pasaba quedarse sin marcar, y menos de un minuto después, cogió el balón en el perfil izquierdo, llevando a cabo un magnífico recorte sobre su marcador, y lanzando un latigazo con la zurda que, ahora sí, fue imposible para los guantes del meta del conjunto francés, y se coló al fondo de las mallas después de tocar en el poste, abriendo así lata de un partido que comenzaba a complicarse.

Un gol que, por momentos, pareció abrir la caja de los truenos. Y es que inmediatamente tras el saque central, el conjunto francés llevó a cabo una buena combinación en campo blanco, en una jugada en la que Doumbia se plantó en la frontal del área, lanzando un derechazo que buscaba sorprender a Courtois, pero que, como casi siempre, se encontró con una gran intervención del belga.

No obstante, ahora el conjunto blanco si parecía haberse hecho dueño y señor del partido. El dominio en la zona de tres cuartos era cada vez más evidente, y la llegada del segundo gol del conjunto blanco parecía solo cuestión de tiempo. Sin embargo, el Brest seguía amenazando al contragolpe, y en una nueva jugada, Baldé conectó una volea que se marchó rozando el larguero de Courtois.

Sin embargo, a pesar del dominio cada vez mayor cerca del área, el conjunto blanco no gozó de ocasiones claras en el tramo final de la primera mitad, y con poco más por disputar, el colegiado noruego puso fin al encuentro y los jugadores enfilaron el túnel de vestuarios en una primera mitad marcada por un partido considerablemente pobre resuelto por una genialidad de Rodrygo.

El tridente saca el rodillo en la segunda mitad

La segunda parte arrancó, ahora sí, con un Madrid decidido a matar el partido. Y la primera tras la reanudación se la apunto Kylian Mbappé tras una carrera larga marca de la casa, pero a la hora de resolver con su pierna derecha, se topó con la intervención de Bizot. El rechace cayó en los pies de Bellingham, que, sin embargo, no acertó a resolver, y buscó a un Brahim que, sin embargo, se resbaló dentro del área y no pudo resolver.

Sin embargo, el Brest tampoco parecía dispuesto a dejar marchar el partido. Y es que la siguiente jugada a la ocasión de Mbappé, Ajorque cazó un esférico en la frontal del área, y su golpeo mordido logró sorprender a un Courtois que no pudo sacarla, siendo el tanto que ponía las tablas en el marcador. Sin embargo, tras la revisión del VAR el árbitro fue avisado de que el delantero del Brest partía de posición de fuera de juego, por lo que el tanto fue anulado y no subió al marcador.

Y como todo el mundo sabe, el fútbol es cuestión de momentos. Tan solo dos minutos después de que el Brest pusiera el empate en el marcador, el Madrid pisó el acelerador en busca de resolver el partido. Y lo hizo, como es habitual, a través de los futbolistas de más calidad. Jude Bellingham condujo de forma magnífica el esférico hacia el campo contrario, aprovechando los desmarques de ruptura de un Kylian Mbappé que desmontó a la defensa francesa. Solo en la frontal, el inglés encontró desmarcado en la banda a un Lucas Vázquez que simplemente tuvo que devolvérsela a Jude al punto de penalti, y el inglés la empujo completamente solo para poner el 0-2.

Con el partido controlado, el Madrid dependía de otros resultados para colarse entre los 8 primeros. Sin embargo, ciertos resultados propiciaron que el conjunto blanco tuviera en su propia mano la posibilidad de colarse en el top-8, para lo que solo tenía que anotar cuatro goles. Quedaban dos, y el conjunto blanco parecía consciente de esa posibilidad.

Sin embargo, por momentos muchos parecieron olvidarse de que el Brest también se jugaba entrar en el top-8. Y es que el conjunto francés apretaba sobre la mesa de Courtois, y un gran golpeo de Camara fue el siguiente en sumarse a la lista de los que probaban al belga, de nuevo con un potente derechazo que, una vez más, se encontró con la manopla de Courtois.

Sin embargo, pasaban los minutos y los resultados deshacían la posibilidad de esa carambola que colocaba al conjunto blanco entre los ocho primeros. Y lo peor de todo, es que nombres como Juventus y Manchester City se colaban en la lista de posibles rivales del conjunto blanco, siendo este uno de los peores escenarios posibles para el Madrid.

Ahora, el resultado iba mucho más allá de los tres puntos. Todo giraba en torno al posible cruce en la fase eliminatoria. Y cuando el Madrid precia haber sacado la bandera blanco, una jugada de desborde de Mbappé rompió por enésima vez a la zaga francesa. Su golpeo fue detenido una vez más por Bizot, pero, nuevamente, Rodrygo apareció en el punto de penalti para cabecear el rechace al fondo de las mallas, poniendo un 0-3 que no despejaba la incertidumbre.

Ahora sí, con el tercero ya en el electrónico, el Real Madrid parecía haber ondeado la bandera indicando tregua. Y es que lo único que le separaba de un cruce contra el City era, sorprendentemente, un gol del Barça frente a la Atalanta. Algo que, lógicamente, no sucedió. Y con ello, el árbitro indicó el final del encuentro, en un partido en el que el Real Madrid cumplió… Pero aún así podría toparse con uno de los grandes cocos de Europa.