
La Colina de Nervión
·3 août 2025
El uno por uno del Sevilla FC en Marsella

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·3 août 2025
El Sevilla FC afrontó este sábado su cuarto test de pretemporada con un empate que dejó buenas noticias (1-1) frente al Olympique de Marsella en el Orange Vélodrome, un duelo exigente ante un rival de nivel Champions. A pesar de las bajas defensivas y con un equipo todavía en fase de ensamblaje, los de Matías Almeyda ofrecieron una versión competitiva, dejando buenas sensaciones especialmente en la primera mitad. Djibril Sow adelantó a los hispalenses con un gran disparo desde la frontal tras una buena combinación por dentro, pero el conjunto francés igualó en el segundo tiempo aprovechando un desajuste defensivo. Almeyda volvió a rotar piezas y siguió probando variantes tanto tácticas como individuales, con jugadores jóvenes que buscan convencer en esta pretemporada. El equipo supo sufrir y resistir los tramos de mayor dominio local, mostrando carácter y compromiso pese a las dificultades. El próximo amistoso será este lunes, una nueva oportunidad para seguir creciendo.
Volvió a mostrarse muy seguro bajo palos, respondiendo con solvencia en varias acciones comprometidas. Su rendimiento continúa dejando claro que parte como favorito para ocupar la portería esta temporada si no hay movimientos en el mercado.
Tuvo una actuación muy irregular. En la primera parte cometió errores graves que, en un partido oficial, podrían haberle costado caro. Aunque mejoró tras el descanso, sigue dejando dudas, especialmente en un sistema que exige precisión con balón.
Alternó buenas salidas de balón, como en la jugada que desembocó en el gol de Sow, con desajustes defensivos junto a Gudelj. Aún le cuesta mostrarse fiable cuando el rival aprieta.
Ocupó el centro de la zaga ante la baja de Badé, pero volvió a evidenciar sus limitaciones como central. Mal posicionado en el tanto francés, sufre cuando le exigen a nivel defensivo.
No tuvo tanta presencia ofensiva como en otros partidos, condicionado por la falta de sintonía con Idumbo. Pese a ello, en defensa estuvo aplicado y sigue asentándose en el once titular.
Gabriel Suazo, en el encuentro frente al Olympique de Marsella | Imagen: Sevilla FC
Correcto con balón y se entregó en tareas defensivas. Aunque no arriesgó demasiado, su presencia física sigue siendo una pieza útil en el centro del campo.
Firmó uno de los mejores momentos del partido con un golazo desde fuera del área tras pase de Lukebakio. Mostró inteligencia táctica y mucha actividad sin balón, ganando peso en el equipo.
No logró brillar como lo hizo en Alemania. Se le vio impreciso en sus decisiones, especialmente cuando debía combinar con Suazo, lo que limitó su impacto.
Nuevamente utilizado como mediapunta. Su esfuerzo sin balón fue notable, aunque le costó generar peligro con él en los pies.
Aun lejos de su mejor versión, dejó detalles de su clase. Estuvo más activo en la primera mitad y dio la asistencia del gol, aunque todavía se espera más continuidad en su juego.
Se vació en presión y ofreció constantes desmarques. No tuvo ocasiones claras, pero volvió a dejar patente su compromiso para ganarse un sitio como ariete titular.
Volvió a tener dificultades. Cometió faltas innecesarias y, aunque subió la banda en alguna ocasión, su rendimiento estuvo por debajo del esperado. Su situación en el club sigue en el aire.
Mostró agresividad defensiva, incluso viendo una amarilla. A pesar de su juventud, compitió con seriedad y sin esconderse.
Cumplió con nota en el centro de la defensa. Sólido por alto y sin errores de bulto, se entendió bien con su compañero del filial.
Asumió responsabilidades con naturalidad. No se escondió, se ofreció constantemente y ayudó en la circulación, aunque tuvo que correr mucho tras el balón.
Dodi Lukebakio regateando en el encuentro ante el Marsella. | Imagen: Sevilla FC
Apareció más en labores defensivas que creativas debido al dominio francés. Mostró entrega, pero le costó dejar su sello en el juego.
Fue de los más destacados en la segunda mitad. Tuvo una clara ocasión nada más entrar y dejó varias acciones de calidad. Sigue creciendo en el esquema de Almeyda.
Participó poco en ataque y le faltó precisión en algunas acciones clave. Su frustración al final fue visible, sabedor de que no tuvo su mejor día.
Jugó en banda izquierda, aportando más en defensa que en ataque. Supo elegir bien cuándo acelerar o frenar el juego, sumando minutos importantes.
Debutó esta pretemporada, aunque fuera de su posición natural. Le costó entrar en juego y tuvo poca participación.
Tuvo un papel testimonial, sin intervenciones de relevancia, más allá de una acción que ayudó a conservar la posesión.
Volvió a aprovechar un amistoso exigente para seguir afinando piezas y probando variantes dentro de su esquema. Con la defensa en cuadro y varios jóvenes sobre el césped, el técnico argentino apostó por mantener su estilo reconocible: presión alta, ritmo intenso y salida desde atrás. El equipo respondió con una buena primera mitad, logrando contener a un rival de nivel europeo y encontrando premio en el gol de Sow. En la segunda parte, las rotaciones restaron algo de solidez, pero Almeyda supo ajustar desde el banquillo para evitar que el Marsella se adueñara completamente del partido. Dio minutos a muchos jugadores del filial, confirmando su intención de mirar hacia abajo cuando el primer equipo no le da respuestas. Sigue probando, corrigiendo y buscando líderes en cada línea. A día de hoy, el equipo de Almeyda aún está en fase embrionaria, pero ya empieza a mostrar carácter, compromiso y una identidad clara que acerca al Sevilla FC a buenas noticias.
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