Orgullo Rojo
·14 juillet 2025
"Elogiar en público y criticar en privado..."

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·14 juillet 2025
Las declaraciones de Julio Vaccari tras el empate ante Sarmiento siguen generando repercusiones. Pero esta vez no fue desde la dirigencia ni desde el cuerpo técnico, sino desde el periodista Oscar Martínez, integrante del medio oficial de Independiente, quien publicó un sugestivo mensaje en redes sociales que muchos interpretaron como un tiro por elevación al entrenador.
"Viejo principio de un líder, elogiar en público y criticar en privado...", escribió Martínez en su cuenta de Twitter, sin mencionar nombres pero en un contexto donde el blanco está claro: Vaccari, que luego del partido fue contundente al remarcar la falta de refuerzos y la urgencia por cubrir varios puestos, especialmente el del lateral izquierdo.
La publicación, lejos de pasar desapercibida, recibió una catarata de respuestas críticas por parte de los hinchas. Algunos lo acusaron de "funcional al oficialismo", otros le cuestionaron haber sido respetado como periodista hasta ahora, y la mayoría defendió al entrenador, entendiendo que lo que hizo fue visibilizar una situación real: la falta de incorporaciones en puestos clave, a días del arranque del campeonato.
El dato no es menor. Martínez no es un periodista cualquiera. Forma parte del equipo de comunicación institucional del club, lo que lo convierte, en los hechos, en un vocero no oficial pero alineado con la conducción. Y en ese rol, su mensaje no cayó nada bien en buena parte del hincha que viene exigiendo explicaciones y soluciones concretas.
Las declaraciones de Vaccari fueron claras, pero también mesuradas. No apuntó con nombre y apellido, pero sí dejó expuesta una incomodidad que se arrastra desde hace semanas. El mensaje de Martínez, en cambio, fue interpretado por muchos como un intento de silenciar o minimizar esa incomodidad, en lugar de resolverla.
Mientras el DT espera refuerzos y los hinchas exigen respuestas, las redes suman capítulos que dejan al descubierto tensiones internas que nadie termina de blanquear. Lo que está claro es que la paciencia no es infinita, ni en la tribuna, ni en el banco.