La Galerna
·23 décembre 2025
Finalista VI Certamen de Cuentos Madridistas de Navidad

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·23 décembre 2025

Queridos Reyes Magos, me llamo Leandro, y hace mucho tiempo que no os escribía. Acordaros, fue desde aquel año en el que cole; primero mi amigo Pedro, y luego también otros compañeros me dijeron que no erais reales y que los regalos que pedíamos los niños en las cartas que os mandamos por Navidad los traían los padres. Aunque he de deciros que, a pesar de dejaros de escribir, por mi parte, yo nunca acabé de creérmelo del todo.
Pero hoy, no sé muy bien por qué, he sentido la ilusión por escribiros de nuevo, y como creo que este año me he portado muy bien, quiero aprovechar estas fiestas navideñas para pediros un regalo muy especial para mí.
Veréis, queridos Magos de Oriente, os cuento el motivo y el porqué de pediros este regalo en la carta que os remito. Mi papá ha falleció, y como mi mamá también falleció hace unos años, ahora soy huérfano.
A mi madre nunca le gustó el fútbol, pero a papá sí. Él era muy aficionado. Era socio del Real Madrid. Con él he ido muchas veces al Santiago Bernabéu. Yo, al principio, no iba al campo porque me gustara mucho el fútbol. A mí lo que más me gustaba era ir con mi padre. Subir al autobús para ir hasta el campo, porque mi papá decía que luego no había quien aparcará cerca del Bernabéu, y que lo mejor era el transporte público.
Luego, y una vez en el campo, luciendo ambos nuestras respectivas camisetas y bufandas del Madrid, me encantaba vivir el ambiente tan bueno y escuchar a papá comentar las buenas jugadas o los goles del equipo, con los otros aficionados de los asientos vecinos. Luego, comernos el bocadillo en los descansos, y a la vuelta, recordar todo las anécdotas de la jornada en el viaje de vuelta a casa. Todo eso era lo que me gustaba. Era fenomenal.
Y así, partido a partido, me fui aficionando a ir al fútbol también por ver los partidos, hasta hacerme tan madridista como papá. Y como consecuencia de esa afición, como no podía ser de otra forma, ahora tengo mi habitación llena de banderas, poster y camisetas de mis ídolos del Real Madrid.
Pero claro, ahora todo eso ha pasado, ya que no tengo a mi papá para que me lleve al futbol. Por ese motivo, deseo que, de nuevo, alguien me pudiera llevar a verlos partidos del Madrid.
Ojalá algún familiar, o algún amigo o conocido de mi padre, pudiera llevarme de nuevo al estadio, y aunque ya no sería igual porque ya no estaría con mi papá, pero me gustaría poder seguir disfrutando, viendo los partidos y a los jugadores de mi club. Eso es todo lo que os quiero pedir. Ojalá, Reyes Magos, pudierais hacer posible que pueda ir de nuevo al Bernabéu.
Sin otro particular, y aprovechando para decir que os quiero mucho, se despide de vosotros, Leandro.
—¡Leandro, Leandro! ¡Vamos, levántate que ya son las 5 de la tarde! Menuda siesta que te ha echado. Venga, hombre, arriba, que van a venir a buscarte y todavía te tienes que vestir. Claro, no me oyes, porque te tienes que poner el sonotone. ¿Ya? Bien. Que te decía, que son las cinco y te tienes que vestir, que vienen a buscarte.
—¿Cómo, que quién? Pues tu nieto, quien va a ser.
—¿Qué para qué? Pero bueno, Leandro, ¿es que no te acuerdas que este domingo venía tu nieto para llevarte al fútbol.
—Pues claro que sí. Acuérdate que cuando vino el paje de Sus Majestades a la residencia le diste en mano la carta que habías escrito a los Reyes Magos. En ella, les pedias que querías ir a ver jugar al Real Madrid y así poder ver también acabado el nuevo estadio Santiago Bernabéu.
—Pues que sepas que, por tu buen comportamiento, los Reyes Magos te han concedido ese regalo, y no sé cómo se ha enterado, pero tu nieto ya te está esperando en recepción, así que date prisa.
—No, no te preocupes, que no has perdido la bufanda. No ves que la tienes puesta. Anda, anda, vete tranquilo y pásatelo bien. ¡Ah!, y que gane el Madrid.
Imágenes Gemini









































