La UEFA acepta "a regañadientes" el Villarreal-Barça en Miami | OneFootball

La UEFA confirmó este jueves su decisión de aprobar la realización de un partido de LaLiga, entre el Villarreal y el FC Barcelona, en el Hard Rock Stadium de Miami. El organismo europeo  ha mostrado su desacuerdo con la propuesta de Javier Tebas y la competición española, pero enfatiza en que no posee el poder para evitar que suceda.

"Dado que el marco regulatorio pertinente de la FIFA, actualmente en revisión, no es lo suficientemente claro y detallado, el Comité Ejecutivo de la UEFA ha decidido, a regañadientes, aprobar, excepcionalmente, las dos solicitudes que se le presentaron", expresó la UEFA en un comunicado oficial.

La decisión del máximo organismo del fútbol europeo es un paso crucial para llevar el fútbol de clubes español a suelo americano, una iniciativa que ha generado una fuerte controversia en el continente.

De forma excepcional, y tras consultas con ligas, clubes y federaciones, en el contexto de un marco legal más flexible desde que la FIFA abrió la puerta en 2024 a que partidos de ligas nacionales se jueguen en el extranjero.

"La UEFA contribuirá activamente al trabajo continuo de la FIFA para garantizar que las futuras normas respeten la integridad de las competiciones nacionales y el estrecho vínculo entre los clubes, sus aficionados y las comunidades locales", concluye el comunicado de una insatisfecha UEFA.

Aún Faltan FIFA y Concacaf: La Polémica Pendiente

A pesar del visto bueno de la UEFA, la celebración del partido en Estados Unidos aún no es un hecho. La polémica "exportación" del fútbol español sigue anclada en la burocracia internacional.

El encuentro requiere de dos aprobaciones cruciales que todavía están en el aire: el OK definitivo de la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, y el permiso de la Concacaf, la confederación continental donde se jugaría el partido.

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, ha sido claro en el pasado sobre la postura del organismo: "Los partidos de liga deberían jugarse en casa; cualquier otra medida privaría de derechos a los aficionados fieles".