Mbappé lo quiere en el Real Madrid: así encajaría Konaté en el sistema de Xabi Alonso | OneFootball

«Me llama cada dos horas». Éstas fueron las palabras de Ibrahima Konaté sobre las llamadas insistentes de Kylian Mbappé para que fiche por el Real Madrid. Ambos concentrados con la selección francesa para las clasificatorias del Mundial de 2026, el central del Liverpool confesó en una entrevista con Telefoot que el nuevo ’10’ de los merengues insiste para que llegue a la capital española. Entre risas, Konaté también que tampoco ha empezado a tener clases de castellano. Aunque en unos meses, el galo deberá empezar a ‘ponerse las pilas’.

Según ha podido saber en Grada 3, el entorno de Ibrahima Konaté no ve con malos ojos una llegada al Real Madrid. Además, Ibrahima todavía no ha renovado su contrato con los ‘Reds’, el cual acaba este próximo verano. Y las cosas en Anfield empieza a enfriarse. Tienen miedo a que pase un Trent Alexander-Arnold 2.0. En Chamartín, su fichaje es prácticamente una evidencia. David Alaba y Antonio Rüdiger no seguirán y se marcharán libres. Por ende, llega Konaté. También gratis.

Konaté encaja en el sistema de Xabi Alonso

Konaté encajaría de maravilla en una defensa de cuatro por su mezcla poco común de potencia, zancada y lectura para corregir en campo abierto. Al lado de Huijsen, la pareja se volvería muy complementaria porque uno asegura la espalda y los costados mientras el otro acelera la salida con pases que rompen líneas y cambios de orientación. En un Real Madrid dirigido por Xabi Alonso, con 4‑4‑2 o 4-3-3, donde los centrales deben sostener altura, cubrir a laterales profundos y facilitar una primera circulación limpia… el reparto es natural.

Ibrahima estará en la parte derecha para cerrar la banda fuerte y ganar duelos largos, mientras que Huijsen estará a la izquierda para dirigir la progresión y activar el lado débil con diagonales tensas. El francés ya ha vivido en contextos de línea alta y exigencia física constante: defiende hacia delante sin miedo, gana metros corriendo hacia atrás y domina el juego aéreo en ambas áreas. No necesita un gran volumen creativo para ser influyente con balón: fija, conduce lo justo para atraer y descarga con seguridad.

Sociedad de oro con Dean Huijsen

Justo ahí aparece Dean, que sí disfruta asumiendo más iniciativa: sale perfilado, supera la primera línea con pases interiores o encuentra al extremo opuesto con un pase milimetrado. Si el rival se estrecha, conduce para arrastrar y soltar a tiempo. En fase defensiva, la coordinación de roles es clara. Cuando Huijsen salte agresivo al receptor entre líneas, Konaté achica por detrás y por fuera, tapando la diagonal larga y la ruptura a la espalda del lateral. Si el rival apuesta por directo, el galo ancla el primer duelo y el español barre la segunda jugada. La transición tras pérdida, clave en el plan de Xabi Alonso, también gana sentido: la zancada del francés compra segundos valiosísimos para que el bloque se reagrupe, mientras el ’24’ blanco temporiza y orienta la contra hacia zonas de ayuda.

A balón parado, suman centímetros. Konaté limpia zonas de impacto en defensa y amenaza primer contacto en ataque, Huijsen ataca trayectorias al segundo palo y cierra rechaces. Además, si el rival bloquea la salida del lado del español, habrá que preparar patrones para que el francés asuma conducciones controladas sin forzar el desplazamiento largo. Con todo, el encaje es de perfiles que se potencian. Ibrahima aporta seguridad estructural y superioridad física donde el equipo más sufre (espacio y duelos), y Dean añade claridad y aceleración donde más se necesita (primera y segunda fase). En un 4‑4‑2 o 4-3-3 de Xabi Alonso que quiera mandar y, a la vez, poder correr sin romperse, esa combinación ofrece equilibrio, profundidad y una base fiable para sostener una presión inquebrantable.