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·11 septembre 2025
Presa, en el ojo del huracán por el abandono del Rayo

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·11 septembre 2025
El Rayo Vallecano, un club históricamente definido por su espíritu de lucha y su conexión con el barrio, atraviesa una profunda crisis institucional que amenaza con devorarlo. Los problemas deportivos quedan en un segundo plano ante un cúmulo de despropósitos que apuntan directamente a la gestión del presidente, Raúl Martín Presa. Su aparente desidia ha sumido a la entidad en un caos operativo y ha provocado un estallido social entre una afición que se siente abandonada y traicionada.
El símbolo más flagrante de esta negligencia es el estado impracticable de los terrenos de juego. Tanto el césped del Estadio de Vallecas como el de la Ciudad Deportiva presentan un aspecto desolador, hasta el punto de ser considerados un riesgo para la integridad de los futbolistas. Esta situación ha derivado en una imagen humillante para un club de LaLiga: el primer equipo se ha visto forzado a exiliarse esta semana a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, sede de la RFEF, para poder entrenar en condiciones dignas.
Pero el abandono se extiende por todas las capas del club. El pasado fin de semana, el partido del filial contra el Coria se convirtió en un bochorno nacional. El acta arbitral fue un relato de terror: el campo ponía en peligro a los jugadores, no había médico, faltaban camilleros y las condiciones higiénicas eran deplorables. Este episodio es el reflejo de una dejadez que la afición sufre cada día de partido en el estadio, con una suciedad y falta de mantenimiento que se han vuelto crónicas.
Bukaneros animando al equipo después de un partido.
Todos estos incidentes son la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la hinchada. La fractura entre la directiva y la masa social es total. El hartazgo es la palabra que mejor define un ambiente cargado de protestas y cánticos contra un presidente al que acusan de no cuidar el patrimonio del club. La falta de respuestas y de interés visible por parte de Presa no hace más que alimentar un revuelo mediático que pone al Rayo Vallecano al borde del abismo institucional.