Thibaut Courtois deja en evidencia a medio vestuario tras lo sucedido: 'No es normal' | OneFootball

En una temporada compleja, con más dudas que certezas, el Real Madrid encontró estabilidad en un lugar poco habitual cuando no hay títulos: la portería. Thibaut Courtois volvió a ser determinante, no solo por lo que paró, sino por cuándo lo hizo. En los momentos de mayor desorden, su figura sostuvo al equipo y evitó que la temporada se hundiera.

El belga fue imprescindible. Con una defensa en constante reconstrucción, llena de ajustes forzados y ausencias, su rendimiento se convirtió en el último punto de apoyo. El Madrid no dominaba los partidos como acostumbra, los resistía y resistía gracias a su guardameta.

Un año sin títulos que obliga a mirar hacia atrás

El 2025 se cierra sin trofeos en las vitrinas blancas. Un dato frío y poco habitual que obliga a analizar qué falló y qué evitó un desenlace aún más duro. Courtois aparece en todas las respuestas, sus más de 170 paradas reflejan una realidad incómoda: el equipo concedió demasiado.

Courtois, clave en el Madrid | Getty Images

Los partidos raramente fueron cómodos, el rival llegaba con facilidad y generaba ocasiones constantes. En ese escenario, el portero belga se multiplicó. Salvó puntos, sostuvo eliminatorias y mantuvo al equipo con vida en noches que parecían perdidas.

En un curso sin grandes gestas colectivas, las individualidades cobran un valor especial. Y en el área propia, el Madrid contó con uno de los mejores del continente.

Más que paradas: liderazgo y responsabilidad

Courtois no se limitó a rendir bajo palos, también asumió un rol de liderazgo en un vestuario marcado por la irregularidad. En momentos delicados, cuando el equipo atravesaba fases de incertidumbre, fue uno de los que dio la cara públicamente. Especialmente tras la eliminación europea ante el Arsenal, donde su discurso fue claro y exigente.

Sin señalar nombres, sus palabras dejaron entrever carencias colectivas. Falta de continuidad, errores repetidos y desconexiones impropias de un club de este nivel. Ese mensaje, viniendo del portero, tuvo un impacto mayor, porque no hablaba desde la comodidad, sino desde la responsabilidad.

El reflejo de un Madrid que resistió más de lo que dominó

Que uno de los grandes protagonistas del año haya sido Courtois define bien al Madrid de esta temporada. Un equipo más reactivo que dominante, más defensivo que autoritario. Una imagen que contrasta con su ADN histórico.

En un fútbol que suele medir la grandeza desde el gol, cuesta aceptar que el jugador más decisivo esté bajo palos. Pero este curso obliga a replantearlo. Porque cuando un portero sobresale incluso en la derrota colectiva, no se habla solo de rendimiento.

Se habla de carácter, de compromiso y de profesionalidad. Courtois no cambió el destino de la temporada, pero sí evitó que fuera mucho peor. Y eso, en el Real Madrid, también deja huella.