Enelcamarin.cl
·17 août 2025
Un gigante dormido en Blanco y Negro (por @NachoJOsorio1)

In partnership with
Yahoo sportsEnelcamarin.cl
·17 août 2025
Por Ignacio Osorio
Último campeón del torneo nacional, remontando posiciones e imponiéndose en una segunda rueda que rozó la perfección, hoy Colo-Colo no tiene nada de eso. Séptimo a 15 puntos del líder, Coquimbo Unido, es además poseedor de un juego errático, de problemas extra deportivos y de un cuerpo técnico que no pareciera siquiera tener interés real en estar donde está, que está esperando a que llegue diciembre (o su finiquito) y largarse lo más lejos posible.
La crisis deportiva e institucional en el cuadro del Cacique no es nueva, y en parte también es una derivación de su propia existencia (“Colo-Colo no tuvo infancia, nació grande”), y – por supuesto- de los malos manejos deportivos que hace años – décadas- que mantienen al equipo más popular de Chile en una mediocridad importante, que lo hace imponerse con regularidad en el torneo local, tener más de algún jugador destacado e incluso más una que otra promesa que, de tanto en tanto, es parte de la Selección Nacional.
En ese sentido, Colo-Colo ha funcionado bastante bien, prácticamente desde que Blanco y Negro asumió la administración deportiva-económica e institucional. Pero no basta para un club reconocido entre los más importantes y asentados de América.
La administración Almirón (y también la de Quinteros) ha dejando entrever lo baja de la vara con la que, incluso el medio, mide a un cuadro albo que desde la final de la Sudamericana 2006 – hace casi 20 años- no tiene un protagonismo real a nivel internacional, lo que incluye varios años sin siquiera rozar participaciones internacionales entre el periodo 2011 a 2014 (hace más de una década) año que tuvo uno de sus últimos equipos realmente memorables, aquel que bajó la anhelada estrella 30 y que además, en la teoría, aportaría jugadores jóvenes para el devenir de la Selección. De ahí en más, todo fue apoyarse en viejas glorias como Paredes, Valdés, Fernández o Valdivia, incluyendo un histórico partido por la promoción.
De un tiempo a esta parte, Colo-Colo, y en especial Blanco y Negro, se han transformado en un gigante sin rumbo, que año a año intenta ineficientemente reverdecer laureles pero que no cuenta con un plan real para hacerlo, todo lo contrario; en ese afán incesante, suele cometer grandes errores que suelen apretar y entorpecer sus propias intenciones, como por ejemplo la contratación de jugadores a valores altísimos y/o sin probada capacidad o pedidos dudosos de técnicos. ¿Nombres? Varios. En el último tiempo, Fabián Castillo, Christian Santos, Nicolás Blandi, Agustín Bouzat, o el más reciente: Salomón Rodríguez.
En Colo-Colo – así como en el fútbol chileno en general- hace falta planificación, estrategia, creación y desarrollo de las marcas deportivas y económicas que permitan la no dependencia de los derechos de televisión o casas de apuestas, ni hablar de estrategias y políticas deportivas que potencien sus cualidades y formen, tanto para el club como la selección, jugadores de un alto valor deportivo integral que puedan situarse tempranamente en la alta competencia nacional e internacional. Y sí, el Cacique es el más obligado a todo esto. Porque para ser grande no basta con decirlo, también hay que trabajarlo y dejar que aquella grandeza dependa de títulos obtenidos hace más de 30 años (o 14 como en algunos casos). Porque sí, la historia es importante, pero también es necesario aprender de ella y trabajar para honrarla.
Hoy, Colo-Colo es un gigante dormido, tumbado en un pasado en Blanco y Negro que lo mantiene en un rueda sin causa, sin motivación y que, día a día, mina y destruye y deteriora su pasado exitoso, merma su posición en el continente, afecta a sus hinchas y, por sobre todo, menoscaba la grandeza y jerarquía de su escudo, el mismo que es reconocido por América y por Europa pero que no ha sabido mantener ni agigantar.
Direct
Direct
Direct
Direct