
La Colina de Nervión
·25 mai 2025
¿Y ahora qué?

In partnership with
Yahoo sportsLa Colina de Nervión
·25 mai 2025
Este domingo, en el Estadio de la Cerámica, el Sevilla FC echa el cierre a la temporada con las mismas malas noticias que en este tramo final. Ir a medio gas les bastó a los de Marcelino para poner el broche a un año sobresaliente, en contraste con el cuadro de Joaquín Caparrós. Menudo cuadro. Sin objetivos clasificatorios, sin nada en juego más que el incentivo económico de quedar algún puesto más por encima. Pero, sobre todo, un equipo sin fútbol ni ilusión el que se ha visto hoy en el Sevilla FC.
Con una derrota, al igual que las dos últimas temporadas, cierra el Sevilla FC una de las más sonrojantes de su historia. Un año que comenzó con la esperanza de que García Pimienta lograse consolidar el proyecto que tantas veces se le ha desvanecido a la entidad en las últimas campañas. Su sustituto, Caparrós, cerró hoy su cuarto periodo en el Sevilla FC, una despedida amarga que reflejó la difícil situación del club. El utrerano, que asumió el cargo en un momento crítico, no logró revertir la mala dinámica del equipo, que finalizó la temporada en la 17ª posición, su peor clasificación desde el año 2000, el año del último descenso a Segunda.
Caparrós presentó en La Cerámica un Sevilla FC con varias noticias en el once. La primera de ellas, la titularidad de Álvaro Ferllo, quien posteriormente sería uno de los nombres negativos del choque. En defensa, Marcão volvió más de tres meses y medio después a la titularidad. Por delante, destacable la suplencia de Lukebakio, quien acabaría sustituyendo a Sow después del descanso.
La derrota ante el Villarreal fue un reflejo de la temporada del Sevilla FC: un equipo sin rumbo, con una defensa vulnerable y una falta de identidad preocupante. Desde el inicio del partido, el conjunto sevillista se vio superado por un Villarreal que, a pesar de no jugarse nada, mostró una superioridad clara en todas las líneas. Los errores defensivos fueron una constante a lo largo del encuentro. Kike Salas y Marcão cometieron fallos que facilitaron los goles del Villarreal, mientras que el mediocampo volvió a ser inoperante una vez más. Ello, sumado a que únicamente Suso se ofrecía para tratar de romper líneas.
El gaditano mostró destellos de calidad, asistió a Sow en el primer gol y generó algunas oportunidades. Sin embargo, la falta de contundencia y de ideas le impidieron al Sevilla FC generar más noticias en ataque y competir de tú a tú con el Villarreal. Joaquín Caparrós dio cuenta en rueda de prensa de la ineficacia del Sevilla FC hoy en Villarreal: «Casi los hemos doblado en tiros, pero eso no vale de nada. Ellos han metido cuatro y nosotros, dos. La eficacia en la alta competición es fundamental. Eso nos ha matado y hemos perdido». Porque no es nuevo que el Sevilla tenga un problema de gol. Y tan grande, que durante toda la temporada ha tenido que recurrir a las genialidades de Lukebakio o a jugadores de líneas más atrasadas. El caso de Ramón Martínez, que firmó su primer tanto con el primer equipo.
Se puede afirmar que la séptima en Budapest fue algo parecido a una lucidez terminal. Dos años después de aquello, la realidad del Sevilla FC hoy es radicalmente distinta. Y por más que se intenten maquillar las malas noticias con ráfagas de orgullo, lo cierto es que el Sevilla FC ha transitado este año con la inercia de quien no encuentra su rumbo. Sin proyecto, sin estabilidad deportiva y sin una directiva que haya sido capaz de reconducir la deriva.
La retirada y adiós de Jesús Navas fue la primera señal de que el Sevilla FC ha puesto fin a dos décadas de gloria y grandes noticias en el panorama europeo. El próximo verano apunta a varias despedidas importantes, con Badé y Lukebakio en el escaparate. También la de Suso, aunque el gaditano, después del partido, no ha querido cerrar la puerta a una posible continuidad: “Ahora está todo abierto. Es la primera vez que estoy en esta situación y quiero decidir con el corazón”.
La dirección deportiva —aún sin saber si Víctor Orta seguirá en el Sevilla FC— tiene una responsabilidad enorme: detectar talento, construir una base sólida y apostar por futbolistas que sumen desde lo competitivo, no desde el nombre. Es momento de mirar en la cocina de casa, de confiar en canteranos con hambre, y de definir una plantilla útil, donde cada jugador tenga un rol claro.
El banquillo, otro dilema, con Joaquín Caparrós que cerró hoy su cuarta etapa en el Sevilla FC con las peores noticias posibles. El club hispalense tendrá que decidir si apostar por un técnico con carácter y capacidad de reconstrucción como José Bordalás o por alguien de la casa como Jesús Galván. Sea quien sea, necesitará respaldo y tiempo. Pero, sobre todo, necesitará de una dirección deportiva que acierte de una vez en la toma de decisiones.
Y sí, el Sevilla FC también debe reconciliarse consigo mismo después de todas las noticias con el Consejo como protagonista. El enfrentamiento entre dirigentes, la fractura institucional, los intereses económicos por encima de los deportivos… Todo eso ha dañado la imagen de una entidad que, no hace tanto, era ejemplo de gestión en Europa.
El objetivo para la temporada 2025-2026 no puede ser otro que recuperar el respeto perdido. El Sevilla FC tiene que reconstruirse desde sus cimientos. Clasificarse para Europa, aunque sea vía Conference League, es altamente improbable. El principal reto será reconstruir una identidad. Que Nervión vuelva a ser un fortín. Que el escudo pese. Que el sevillismo vuelva a reconocerse en su equipo.
Porque no hay pasado que justifique un presente mediocre. No hay equipo si no hay identidad. No hay Sevilla si no hay orgullo. La temporada 24-25 ha sido una bofetada de realidad. Ahora el Sevilla FC tiene que mirarse al espejo, tragar saliva y reinventarse para volver a obtener buenas noticias. Si algo ha demostrado esta campaña es que ya no puede seguir viviendo de su leyenda. O se construye un futuro nuevo, o se corre el riesgo de seguir desdibujándose hasta perderse del todo. Y eso no se lo merecen ni el escudo, ni la historia, ni por supuesto, el sevillismo.