
La Galerna
·4 mars 2025
Y el Oscar es para Brahim

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·4 mars 2025
Victoria justa frente al Atlético de Madrid. A falta de disputarse aún la vuelta, este 2-1 en casa pone estos octavos de Champions a nuestro favor. El Madrid salió con Asencio y Antonio Rüdiger en el eje de la defensa y Ferland Mendy en el lateral izquierdo. Carlo Ancelotti recuperaba a Fede Valverde para el lateral derecho. Tras dos partidos ausentes, el uruguayo se desempeñó con su habitual efectividad. Con Valverde en el campo ganamos energía y asociación. Sorprendentemente, en el lateral sigue siendo tan efectista como en el centro del campo a la ahora de tejer el juego del Madrid. La medular fue para Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga. Brahim actuaba de enganche y Rodrygo de jugador de banda. Vinícius y Mbappé arriba.
El partido comenzaba de cara. En el minuto 4 Rodrygo hacía el primer gol de forma magistral. Los primeros minutos del Madrid fueron arrolladores. El Atlético trataba de achicar agua como podía. Es decir, ambos equipos estaban en su salsa futbolística. El planteamiento de Ancelotti era acertado, pues si tienes el primer partido en casa debes ir por el mejor resultado posible. Algo que tal vez contradiga el postulado de José Mourinho, pues el preparador portugués siempre sostiene que en el partido de ida de una eliminatoria lo mejor que puede pasar es que no pase nada, y hasta nuestro editor Jesús Bengoechea parecía abonarse a esa tesis en La Galerna.
Rodrygo atraviesa un buen momento. En lo que llevamos de 2025 es posiblemente el jugador más determinante del ataque. Además, el brasileño tiene una relación de amor real con la Champions. Sin lugar a dudas aparece en los momentos más cruciales y marca la diferencia cuando la competición verdaderamente se pone interesante. Es tan importante tener jugadores así que a veces no somos conscientes. Tan importante como la labor de Brahim de jugador número 12, capaz de suplir a cualquier del tridente de ataque o actuar de enganche en lugar de Jude Bellingham.
Como decía, el Real Madrid fue un ciclón los primeros 20 minutos y luego el partido cayó en un toma y daca. Es lógico que la energía no viva un pico de forma y más cuando estás disputando una eliminatoria de Copa de Europa. El Atlético de Madrid soportó las embestidas del Madrid y salió a la contra con criterio. A pesar de las claras ocasiones del equipo de Concha Espina, el Atlético encajaba cada golpe como buen boxeador fajador que es. En una contra, Julián Álvarez se sacó de la chistera un disparo de la nada e hizo un golazo por toda la escuadra. Ante algo así no puedes hacer nada. Ni aún siendo Thibaut Courtois, el Superman de la portería.
La primera parte acababa con la sensación de que el Madrid merecía más. Entre otros merecimientos, un penalti a favor sobre Rodrygo que el colegiado decidió no pitar y mandar al limbo de los penaltis claros que son escamoteados en los momentos propicios. La segunda parte arrancó con un Atlético más acertado hasta que el Madrid volvió a recuperar terreno hasta volcar la balanza a su favor.
En el 55 Brahim tejió una jugada con Vinícius y Ferland Mendy que el propio Brahim finalizó en gol tras sortear una espiral de dificultades. Una vez más el mago malagueño regateó en una baldosa a todos los rivales que le encimaba y definió magistralmente con un disparo imposible. Un gol así merece un Óscar.
El partido acabó con el 2-1 y todo por decidir en el Metropolitano. Justa victoria pero marcador corto. En el cómputo global en Madrid fue superior y el sabor de boca que dejan estos primeros 90 minutos es amargo. A buen seguro que muchos de nosotros estaremos aún hoy colgados de la última jugada entre Mbappé y Vinícius que desbarató Llorente. Habría sido gol. El próximo miércoles tenemos que rematar la faena. Tenemos tiempo suficiente para llegar con los máximos efectivos posibles.
Aunque hoy no estuviera especialmente brillante, no quisiera olvidarme de algo importante. El pasado fin de semana añadimos una fecha especial a nuestra efeméride. Frente al Real Betis Balompié Vinícius Júnior cumplía sus primeros 300 partidos como madridista. Cifra redonda. Justo venía de ser capitán del equipo por primera vez frente a la Real Sociedad en Copa del Rey. Sin lugar a dudas, junto a Kylian Mbappé, el brasileño es nuestro jugador franquicia.
Para llegar hasta aquí, y parafraseando a Paul McCartney, ha recorrido un largo y sinuoso camino. Ciertamente el astro brasileño ha tenido que luchar contra viento y marea. Siete temporadas más tarde nos encontramos con un jugador que tiene en su mano hacer historia. En la rueda de prensa previa al partido de Champions, Vinícius comentaba al respecto que quiere continuar “para seguir la historia, seguir todo lo que este club me ha dado, el presidente me ha dado. Ojalá pueda seguir marcando más goles, cumpliendo más partidos con esta camiseta”. Así sea, ídolo. Sigue bailando, Vini.
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