Da igual la pelota
·8 septembre 2025
Yeray Álvarez, sancionado diez meses por dopaje

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·8 septembre 2025
La resolución del caso Yeray Álvarez ya es oficial. El órgano disciplinario de la UEFA ha sancionado con diez meses de suspensión al defensa del Athletic Club tras dar positivo en un control antidopaje realizado el pasado 1 de mayo, después del partido de semifinales de la Europa League contra el Manchester United. Aunque el organismo reconoce que no hubo voluntad de doparse, la normativa es clara: el futbolista es responsable último de lo que consume, incluso en situaciones de ingestión accidental.
La investigación determinó que el positivo se debió al consumo involuntario de un medicamento contra la caída del cabello de su pareja que contenía canrenona, un diurético incluido en la categoría S5 (diuréticos y agentes enmascarantes) de la Lista de Prohibiciones de la AMA 2025.
Este tipo de sustancias, además de eliminar líquidos, pueden enmascarar la presencia de otros compuestos, motivo por el cual están estrictamente prohibidas en el deporte profesional. La UEFA subraya que, pese a la falta de intencionalidad, el principio de responsabilidad objetiva obliga a sancionar al jugador.
En comparación con otros casos de dopaje intencional, donde las sanciones suelen oscilar entre dos y cuatro años, el castigo a Yeray ha quedado reducido a diez meses.
El futbolista ya había aceptado una suspensión provisional voluntaria el 2 de junio, fecha desde la cual se contabiliza la sanción. De esta forma, Yeray podrá volver a entrenar el 2 de febrero de 2026 y competir oficialmente a partir del 2 de abril de 2026.
En un comunicado, el central insistió en su inocencia: “Jamás en mi vida he consumido sustancias prohibidas”. Asimismo, tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en los próximos días para dar su versión completa de lo sucedido.
La baja de Yeray supone un mazazo deportivo y emocional para Ernesto Valverde. El técnico pierde a uno de sus centrales más experimentados y con mayor peso en el vestuario en un momento clave de la temporada.
En estos momentos, el Athletic solo cuenta con Dani Vivian y Aitor Paredes como centrales disponibles, a la espera de que la FIFA autorice la inscripción de Aymeric Laporte y con la dificultad añadida de la lesión de larga duración de Unai Egiluz.
El club rojiblanco emitió un comunicado en el que mostró su apoyo total al jugador, pero al mismo tiempo lamentó la dureza de una normativa que no admite excepciones, incluso en casos como este, donde la infracción fue fruto de un error humano.
A esta situación se suma la reciente lesión de Nico Williams, lo que deja al Athletic en una posición comprometida en pleno arranque de temporada. La defensa, en particular, queda bajo mínimos y obliga a Valverde y a la dirección deportiva a replantear su estrategia.
El contexto convierte la sanción de Yeray en un mazazo deportivo y emocional, pues el jugador, que ya superó un cáncer testicular en 2016, es uno de los grandes símbolos de superación del vestuario bilbaíno.
Más allá del impacto deportivo, el caso de Yeray vuelve a abrir el debate sobre la responsabilidad objetiva en materia de dopaje. Este principio busca preservar la igualdad en la competición, aunque en ocasiones provoca situaciones controvertidas que afectan de manera severa a deportistas sin voluntad de obtener ventaja competitiva.
Yeray deberá ahora sobreponerse a este nuevo obstáculo personal y profesional, mientras el Athletic afronta una temporada marcada por la falta de efectivos defensivos y la obligación de encontrar soluciones rápidas para suplir la ausencia de uno de sus referentes.
Autor: Almudena Reoyo
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