A dejar la vida | OneFootball

Hay veces en las que el fútbol no admite grises. Donde no hay mañana. Donde lo que se juega no es sólo un lugar en la final, sino también una reafirmación del camino, del renacer, de la identidad. Este sábado, desde las 18:30, en el Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, Independiente recibe a Huracán por la semifinal del Torneo Apertura 2025, con televisación de TNT Sports y ESPN Premium, y con el arbitraje de Hernán Mastrángelo. En el VAR estará Héctor Paletta.

No es una previa más. Es una súplica. Una necesidad emocional. Que este equipo mantenga lo que viene construyendo con esfuerzo, carácter y fútbol. Que no se apague ahora la luz que volvió a encenderse después de años de sombras. Que sigan mostrando que están hechos para esto.

Independiente llega a este partido después de vencer con autoridad y coraje a Boca en La Bombonera. Fue 1 a 0, pero pudo haber sido más. Un equipo que fue al frente, que no se achicó, que apretó los dientes en el momento más caliente y mostró temple. Que se paró con personalidad en uno de los escenarios más hostiles del país y lo ganó desde la convicción.

Huracán será durísimo. Lo demostró en Rosario, eliminando a Central con un sólido 1 a 0. Tiene oficio, un DT experimentado como Kudelka y muchos jugadores que saben jugar estos partidos. Pero si el Rojo mantiene la línea, la intensidad, el carácter y el hambre que lo trajeron hasta acá, estará a la altura. Como lo estuvo tantas veces en su historia.

Independiente tiene 14 títulos nacionales, 7 Libertadores, 2 Intercontinentales y una mística que nadie más puede imitar. No se trata de mirar atrás con nostalgia, sino de hacerlo con orgullo. De entender que la historia no es una mochila: es un motor. Y este plantel lo entendió. Este cuerpo técnico lo representa. Esta gente lo siente.

Faltan 90 minutos para llegar a la final en Santiago del Estero. Una final. Una más. Como en el '94 contra Huracán. Como en 2014 en La Plata. Como en tantas otras tardes en las que este escudo se impuso a todo. Que sea otra vez. Que la camiseta pese, que las piernas no tiemblen, que el corazón sea más fuerte.