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·21 Oktober 2025
Álvaro García, diremos que el Rayo fuiste tú

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«¿Sabes qué pasa? Que en el Rayo, como club, rápidamente te hacen sacar tu mejor versión y, asimismo, te sientas partícipe de ese sentimiento». Así explicaba Alberto Bueno por marzo en una entrevista a este medio el crecimiento de Álvaro García en el Rayo Vallecano. El 19/10/2025 será una fecha inolvidable para la comunidad franjirroja. Siete meses después de aquella charla, el utrerano se convirtió el pasado domingo en el máximo goleador histórico en Primera División para la Franja, dejando atrás a leyendas como Piti, Guilherme, Jon Pérez Bolo o el propio Bueno. 29 tantos en la categoría reina, 42 en total, situado en la quinta posición entre todas las competiciones.
Álvaro García, celebrando el gol que le convierte en el máximo goleador del Rayo en Primera División. EFE
Quizás el gol ante el Levante UD es el mejor ejemplo para definir el legado que está escribiendo Álvaro García en el Rayo Vallecano. Con molestias durante toda la semana, podría haberse borrado de la convocatoria para una cita crucial ante el conjunto granota. En cambio, siempre está a disposición de sus compañeros. Íñigo Pérez siempre lo remarca: «Álvaro es una excelente persona. Nadie en el club le puede poner un pero, nadie». Volviendo al partido, entró en el minuto 63 y anotó 120 segundos después. Es la muestra perfecta del compromiso de un capitán nato que ya lleva 8 temporadas en el barrio.
En concreto, llegó en la 18/19. Sin dudas, una temporada llena de turbulencias, el Rayo Vallecano quedó último y descendió a Segunda. En aquel año, varios aficionados le pitaron, a pesar de que fue uno de los mayores realizadores de aquel plantel, con 4 goles y 2 asistencias. Ni Míchel ni Paco Jémez pudieron sacar su mejor versión con su propuesta e idea de juego. El fútbol de toque, posesión y asociación había muerto en Vallecas. Tocó un cambio.
Álvaro García, en su presentación como jugador franjirrojo. Foto: Rayo Vallecano
Honestamente, desde mi humilde opinión, esto es lo que hace que muchos rayistas quieran a Álvaro García. Tenía la presión de ser el fichaje más caro hasta entonces del club (cercano a los 5 millones de euros), no había feeling y lo fácil hubiera sido marcharse. Pero él valoró el colectivo de una afición que siempre demuestra apoyo hacia los suyos: «¿Qué me hizo quedarme? Quedamos los últimos y no pararon de animar». Una muestra donde a Álvaro García, de alguna manera, el rayismo le penetró el corazón en tiempos oscuros.
Porque hablar del actual 18 es hablar de unos años que son históricos para el primer equipo. El ascenso de la 20/21, con el contexto de la pandemia. Es recordar la 21/22, donde la Franja se quedó a las puertas de disputar la final de la Copa del Rey, eliminados por el Real Betis. Con Andoni Iraola, artífice de estos hechos, se rozó la ilusión de volver a Europa en algún tramo del calendario liguero. Indudablemente, el actual técnico del Bournemouth favoreció la verticalidad, el punch y el rendimiento de un Álvaro García que volvió a ser importante con Íñigo Pérez. ¿Quién se va a olvidar de la sociedad de los García por la banda izquierda de Vallecas?
En la vuelta del que fuera el segundo técnico de Andoni en su estancia en la Albufera, no fue nada fácil levantar el barco pirata. En la 23/24, el Rayo Vallecano coqueteó con el descenso. Y, hablando seriamente, de no haber tres equipos tan desahuciados, seguramente, se habrían confirmado las malas noticias. En esa suerte o no suerte, también fue clave Álvaro García. Con 6 dianas, fue el pichichi de un grupo que se estaba rompiendo anímicamente. Sí, se salvaron, pero el pronóstico de cara al futuro era nublado, con posibilidad de una lluvia reflejadas en lágrimas por el miedo al fin de una era.
Álvaro García, en su celebración en el tanto convertido al FC Neman Grodno. Foto: @RayoVallecano
Por suerte, Íñigo Pérez recuperó la mentalidad de antaño. No me voy a explayar en lo que fue la 24/25, porque todos sois conscientes de lo que se ha conseguido. Ahora bien, piensen en todo lo que he dicho: El ascenso ante el Girona, las semifinales de Copa del Rey, la eliminatoria ante el FC Neman Grodno, los partidos ante los gigantes como son Real Madrid, FC Barcelona o Atlético de Madrid… En todos estos capítulos gloriosos de vuestro presente, Álvaro García dejó su sello en forma de goles. Por esto ha conseguido ser una leyenda de Rayo Vallecano, porque se ha prolongado en el tiempo a base de regularidad. Siendo titular, pero también revolucionando un encuentro desde el banquillo. Su secreto es ese: ser un veterano que compite con el hambre de un chaval.
Como dice la canción de Duro Galván, en los versos que se menciona el «Diles que he vuelto a creer», «Diles que el Rayo Fui Yo», Álvaro García ha sido uno de los causantes para que muchos crean en los últimos tiempos. Porque es innegable, Álvaro. Es inevitable decir que el Rayo fuiste tú en unos momentos donde Raúl Martín Presa, presidente del club, mancha la institución constantemente. Aquí también aparece la figura del utrerano, donde es uno de los negociadores de la plantilla para dar la cara por el barrio ante la gestión criticable del máximo mandatario de la entidad rayista. En un club mandado por una persona decente, Álvaro García tendría su homenaje junto a los Bolo, Bueno o Guilherme. Haría del próximo domingo a las 21:00 una fiesta en Vallecas ante el Deportivo Alavés. Lamentablemente, no parece que vaya a ser una noche tan emotiva.
Ojalá, en un futuro, en las afueras del estadio haya un mural pintado con su icónica celebración gritando y tocándose las mejillas. Porque ni en esto se ha notado el paso de casi una década desde su llegada. Vive sus goles como si fueran sus primeros en el barrio. Si recientemente hay chavales que solo sean única y exclusivamente rayistas, Álvaro García tiene mucha parte de culpa debido al rendimiento deportivo mostrado.
Álvaro García, en el post después del ascenso en 2021. Foto: Unión Rayo
¿Cuál es la suerte que le queda al rayismo? Que, como con Óscar Trejo, aún pueden disfrutar de un jugador que ya es una leyenda y, quien sabe, si no estará en la foto de la conquista de un logro inesperado. Sí, va a seguir incendiando Vallecas, ¿Saben por qué? Porque si se quitan los contextos, Álvaro García es como el trabajador que se gana el pan con el sudor de su frente. Esto lo sabe bien de su padre, un humilde carpintero. Cala en Vallecas porque es una oda continua al esfuerzo, al sacrificio. Entrena, no da ruidos, ayuda al resto y se parte la cara en el campo. Estos rasgos deben ser agradecidos por todos el próximo domingo en Vallecas. Como dijo el día del ascenso:«Esto es el Rayo, nadie daba un duro por nosotros». Gracias por tanto, serás eterno por siempre en el barrio, Don Álvaro García.