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·15 November 2024
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El Atlético de Madrid volverá a ser el equipo español con menos descanso entre la jornada liguera y la de Champions. Podríamos fingir sorpresa e indignación, pero sería demasiado cínico por todas las partes. Nos podemos ahorrar el numerito. Porque ya hemos asumido que vivimos en la más absoluta resignación, en un conformismo imperturbable que ha convertido al Atleti en el pelele de un sistema caníbal. Hay motivos, claro, nada es resultado de la casualidad. Tampoco seamos ingenuos.
Tenemos el infortunio de compartir espacios y atenciones con el club sobre el que giran los engranajes del fútbol patrio. Y eso automáticamente nos posiciona como el enemigo oficial del régimen. Somos el mal y ellos el bien. Dentro y fuera del campo. Siempre. Bajo cualquier condición. Pero el problema ‘real’ (guiño, guiño) no es que el Atleti pueda rascar metal de vez en cuando obligando a corregir el guión del relato oficial. Es algo más complejo. El asunto es que la amenaza puede trascender a lo deportivo. Y ya sabemos lo que escuece que a uno le toquen el bolsillo, especialmente cuando siempre has sido el niño rico del pueblo.
MADRID, SPAIN – SEPTEMBER 29: Atletico e Madrid players acknowledge their ultra fans after the LaLiga match between Atletico de Madrid and Real Madrid CF at Estadio Civitas Metropolitano on September 29, 2024 in Madrid, Spain. (Photo by Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images)
Es incuestionable que el club está en un proceso de modernización y crecimiento, de expansión de marca y de proyecto de futuro. Los contratos de publicidad firmados con las multinacionales, la ampliación de capital, la inminente ciudad del fútbol y la regularidad deportiva han permitido al Atleti revalorizarse de manera impensable hace solo un puñado de años. Llegan con fuerza rumores insinuando que, en un plazo no muy lejano, Riyad Air podría comprar el club por un importe cercano a los mil millones. Y ese movimiento (jeque vibes) supondría una amenaza superlativa para quien pretende acaparar siempre todo el protagonismo. Vamos, el caníbal.
Porque un Atleti con posibles y saneado a nivel financiero aspiraría a fichar futbolistas de ochenta millones cada verano. Y montarse un equipazo de los que mojan calzoncillos. Y ese es el miedo de quien nos vigila desde enfrente. Un Atleti poderoso, evidentemente, también ganaría cuota de mercado en Madrid, en España y en todas partes, y donde ahora se venden tres camisetas blancas y una con rayas, en el futuro podrían ser dos y dos. Y lo mismo con las gorras, las chaquetas, las tazas y los cubiertos. Es decir, dinero. Mucho dinero. Supongo que en Manchester tampoco imaginaban tras la era dorada de Ferguson que David terminaría matando a Goliat.
Por eso cuando me preguntan por el Cholo, siempre contesto lo mismo. Su gran obra maestra no es la Liga que ganó a Messi y Cristiano, ni los títulos europeos, ni siquiera el milagro de los panes y los peces con el presupuesto del club. El mejor legado de Simeone en estos 14 años es producir como churros niños del Atleti. Asegurar el futuro. Porque ahora en la clase de quinto no hay un niño del Atleti y veinte del Madrid, como en los noventa. Ahora los del Atleti ya tienen un grupito para juntarse y compartir sus alegrías y sus mierdas (que no son pocas). Ese es el mayor título del Cholo y el motivo por el que le odian, no por cazar una copa cuando los otros se despistan.