Cartagena, un futuro en el aire | OneFootball

El FC Cartagena vive en una penosa situación institucional en medio de una de las peores temporadas de su historia reciente. Con el descenso consumado, Paco Belmonte, presidente de la entidad desde 2015, ha puesto a la venta su participación en Duino Inversiones, empresa propietaria del club, y su continuidad en cualquier función ejecutiva parece cada vez más cuestionada.

Belmonte busca salir de los focos

Paco Belmonte, poseedor de un 15% de las acciones de Duino Inversiones, ha ofrecido su participación a La Hita, una potente empresa del Campo de Cartagena con ramificaciones en varios sectores económicos: estaciones de servicio, alquiler de maquinaria entre otros. La Hita, con experiencia en el fútbol formativo a través de su impulso a la Escuela de Torre Pacheco (vinculada al Villarreal CF), ya colaboró con el Cartagena en el pasado, aunque su relación no cuajó del todo.

A pesar del ofrecimiento, el responsable de La Hita ha rechazado la posibilidad de entrar de nuevo en la estructura del club, lo que deja a Belmonte sin comprador y en una mala posición institucional. El dirigente madrileño, está cada vez más apartado de la escena pública y con voluntad de desaparecer del foco, no logra encontrar una salida clara.

Carreño y Felipe Moreno son claves para la salida de Belmonte

La gestión del club depende en gran parte de Fernando Carreño, mano derecha de Felipe Moreno y socio mayoritario con el 85% de Duino Inversiones. Carreño tiene voz, voto y capacidad de decisión. Todo apunta a que en su entorno ha comenzado a ganar fuerza la idea de un cambio profundo en la dirección del Cartagena.

Paco Belmonte con Fernando Carreño.

Tanto Belmonte como el actual director general, Manuel Sánchez Breis, son considerados obstáculos para la reconstrucción del club, y se estarían explorando fórmulas para apartarlos de cualquier papel ejecutivo de cara a la temporada 2025/2026.

Planteamiento de la próxima temporada para el Cartagena

El FC Cartagena se asoma a un verano clave. Con el proyecto deportivo por rehacer casi desde cero y la directiva bajo presión, el futuro del club dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses. Si Duino finalmente opta por vender el club, se abriría un nuevo ciclo con otras caras al frente. Si no, el clima de desconfianza puede enquistarse aún más.

En cualquier caso, lo que está claro es que la institución no puede permitirse una nueva temporada marcada por la incertidumbre y el desconcierto. El reloj avanza, y el Cartagena necesita respuestas.