El Barcelona cae con honores ante el Inter y se le escurre la ansiada final de Múnich | OneFootball

Supongo que el orgullo y el corazón no siempre son suficientes. Ha sido un golpe bajo, diferente al de otros años. Esta vez, con la certeza de que este equipo era capaz de ganarla. Y todavía en mi cabeza sigo procesando el lapsus entre el gol de Raphinha y el de Acerbi. Es como si el tiempo se hubiese parado, pero, todo lo contrario. No creo que ayude el buscar culpables, pero sí el entonar el mea culpa, como ya han hecho otros jugadores cuando no han estado bien. Y no por ello son menos buenos, todo lo contrario.

El Barça pecó de esa inexperiencia y no supo honorar esa expresión que dice: “Fins que no estigui al sac i ben lligat, no diguis blat”; mientras que el Inter sí supo cuando debía poner fin al partido y ahí ya no hubo nada más que hacer, decisiones arbitrales aparte. Honor es la palabra que debe definir a los Gerard Martín y Eric García. Culers de cuna, jugadores que sienten el escudo y que cumplieron con creces en un escenario adverso. Quién le iba a decir al propio Gerard que, de jugar con el Cornellà en Copa ante el Barça, o de jugar una final de ascenso a Segunda en Córdoba, disputaría semejante partido. El fútbol no siempre es justo, pero incluso en los momentos más jodidos te da la razón: ambos se han ganado seguir en este Barça.

Me podría deshacer en elogios para Lamine, pero creo que también es de justicia aplaudir a los que están detrás de los focos y a los que hacen un trabajo menos vistoso, pero igual de importante para que el engranaje funcione. Y sí, Lamine come ya en la mesa de los grandes, porque, al menos a mi parecer, esa personalidad en unas semifinales de Champions se la he visto a muy pocos jugadores. El domingo hay algo más que un Clásico, una Liga por liquidar. Y mirando con retrospectiva, vale la pena recordar de dónde venía el equipo y cómo comenzó la temporada.