El Real Madrid destroza al Barça en el Palau (92-101) | OneFootball

Los aficionados del Palau acabaron el partido con una pañolada y pidiendo la dimisión de Cubells

El equipo no funciona. Esa es la gran conclusión de la derrota europea del Barça ante el Real Madrid por 92-101 en el Palau Blaugrana. El conjunto azulgrana encadena su novena derrota consecutiva frente al eterno rival, y los blancos reafirman su dominio absoluto en los clásicos.

La fragilidad defensiva del Barça volvió a condenar a los de Peñarroya, totalmente incapaces de frenar los envites madrileños, especialmente desde la línea de tres. El conjunto culé se vio de nuevo superado en Europa y la defensa volvió a ser el talón de Aquiles de un equipo que no consigue encontrar la solidez ni la identidad que exige la competición.

Un brillante Trey Lyles fue la gran baza del Real Madrid y la peor pesadilla para los defensores azulgranas. El canadiense firmó 29 puntos y dejó en evidencia a su par, Toko Shengelia, que llegaba muy justo físicamente tras su lesión. Otro dato que explica la derrota es el 58% de acierto en triples del conjunto blanco, que castigó una y otra vez las concesiones defensivas culés y marcó la diferencia en un nuevo clásico para olvidar.

La imagen del partido fue, sin duda, la pañolada de la afición dirigida a la directiva, acompañada por los cánticos al unísono de “Cubells dimissió”, en alusión al máximo responsable de la sección de baloncesto. Un hecho poco habitual en el Palau, que siempre ha sido un eje clave para el equipo, pero que esta vez, tras animar sin descanso durante todo el encuentro, dijo basta y reivindico su malestar.

Punter defendiendo a Lyles. Fuente: AS.

Primera parte

El Madrid golpeó primero con un buen triple de Campazzo, pero Shegelia respondió de inmediato con una buena canasta para empezar un clásico europeo. Como ya es habitual en el equipo de Peñarroya el conjunto rival entró mejor en el partido y el Barça tuvo que ir a remolque desde el minuto uno. Los azulgranas se volvieron a mostrar algo débiles en defensa, permitiendo al Madrid encontrar el tiro exterior con facilidad. A mitad del primer cuarto y tras un buen triple de Satoransky el Barça perdía de 5 (9-14).

El acierto desde el triple se convirtió en la principal arma de ambos conjuntos: en apenas cuatro ataques consecutivos, se encadenaron cuatro triples, dos por bando. El base blanco, Campazzo, se mostró letal desde la línea de tres, mientras que Laprovittola, que reaparecía tras su lesión, también quiso sumarse a la fiesta con su propio triple. Aun así, el Barça no supo aprovechar ese momento y pasó de estar a solo tres puntos de su rival a cerrar el cuarto once abajo, castigado por un espectacular triple sobre la bocina desde media pista de Okeke (23-34).

El segundo cuarto empezó igual, con un Barça errático y frágil, y con el Madrid enchufando un triple en su primer ataque. Los de Peñarroya no supieron reaccionar y el Madrid arrolló a los azulgranas con una defensa mucho más sólida y una ofensiva muy fina de cara a l’aro, ampliando así su diferencia en el marcador. A mitad de cuarto y aprovechando una revisión arbitral, el míster culé aprovechó para reorganizar a su equipo buscando recortar distancias (34-47).

Quien no dudó ni un solo segundo, fue el Palau, que se volvió a mostrar exuberante y como una auténtica olla a presión. La afición respondió a las demandas de Joan Peñarroya dejándose el aliento por el equipo. Con ello llegó la reacción culé, el equipo mejoró muchísimo en el tiro, pese a que no tanto defensivamente, y eso acercó al Barça a 8 puntos del Madrid a falta de 1 minuto i 30 segundos. Una dinámica que quiso cortar Scariolo con un tiempo muerto. Y lo consiguió, el Barcelona ya no anotó más y se marchó a los vestuarios 1o puntos abajo (48-58).

Segunda parte

En el tercer cuarto tenía que llegar la remontada si el Barça no quería perder un nuevo clásico, pero todo empezó con un nuevo triple blanco. Y el partido siguió el mismo patrón de lo visto hasta el momento. Un Barcelona totalmente incapaz en defensa, sin ninguna posibilidad de negar los acertados ataques blancos. A mitad de cuarto la diferencia llegó a ser de 16 puntos (55-71).

El conjunto de Peñarroya fue incapaz de frenar a Lyles que se convirtió en una auténtica pesadilla para Shengelia.  El canadiense dominó en todos los aspectos ofensivos y en el tercer cuarto ya había anotado 27 puntos. El tiro exterior blanco con Feliz y Hezonja como protagonistas destrozó también las aspiraciones azulgranas. Tras una polémica decisión arbitral a favor de los blancos, el Palau no tardó en reaccionar, sonando a unísono el «Así gana el Madrid«. El segundo cuarto acabó con las esperanzas del Palau y con el Real Madrid a 16 puntos (69-85).

El último cuarto dio la sensación de encararse más como un cuarto de orgullo, de maquillar el resultado, pero nunca de creer en la remontada. En los últimos 10 minutos, como ya es habitual, vimos la mejor versión del equipo, pero la reacción llegó demasiado tarde. Los chispazos de calidad de Clyburn y Punter iban maquillando el resultado. Y a mitad de cuarto, el Barça perdía por 10 puntos (79-89).

Lo más positivo del partido, sin duda, fue la afición. El Palau Blaugrana no calló nunca, en ningún momento dejó tirado al equipo y animó a los jugadores hasta el último segundo de partido. En otra demostración, más que la gente del Palau sigue siendo la gran joya de esta sección. Aun así, al final del partido se reivindicaron y la afición culé nos dejó una imagen para la historia. Una pañolada masiva hacia toda la directiva y los aficionados coreando «Cubells dimisión». El Real Madrid acabó ganando por 92-101.

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