MuyDeFútbol
·20 Oktober 2025
El reflejo del alma

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El Manchester United conquistó Anfield casi una década después. Desde la salida de Sir Alex Ferguson del club, la esencia y la grandeza construida en tiempos pretéritos ha ido menguando hasta adquirir tintes caricaturescos de lo que alguna vez fueron. En esa particular rivalidad frente al Liverpool por ser el equipo más laureado de Inglaterra han ido cediendo terreno, de tal forma que, en los últimos años, Klopp y su sucesor, Arne Slot, lograron empatar las 20 ligas de los ‘Red Devils’. A pesar de la mediocridad que ha envuelto a la zona roja de Manchester los últimos años, la competencia se mantiene intacta. No tanto por lo que ilustran los resultados ni las vitrinas, sino por la gente y su pasión.
Mbeumo y Cunha celebrando el primer tanto ante el Liverpool. Fuente: Manchester United. Vía: X
Dicha pugna popular e institucional se trasladó al verde una vez Michael Oliver dio el pistoletazo de salida. Los noventa minutos en Anfield para el Liverpool fueron un calco de los debes del equipo: laterales con poca profundidad, ataques planos y predecibles y presiones estériles. Lo cierto es que durante las cinco primeras jornadas los de Slot encontraron los buenos resultados antes que el correcto funcionamiento del sistema. Un sistema que el pasado curso tenía como premisas la presión alta, excelente repliegue y un ataque más posicional respecto a lo que fue el cénit del Liverpool en el presente siglo.
Virgil van Dijk agradeciendo a Anfield el apoyo tras el encuentro ante el Manchester United. Fuente: Liverpool. Vía: X
En una amplísima constelación de estrellas son pocas las que están brillando con luz propia. De todas las incorporaciones del mercado estival, únicamente Hugo Ekitike está respondiendo sobre el verde. Milos Kerkez ha dejado ser el lateral incisivo que fue bajo las directrices de Andoni Iraola. Alexander Isak, muy poco participativo y goleador, en contraposición a su paso por Newcastle. Y Florian Wirtz, aquel que apuntaba a ser el relevo generacional para el liderazgo del proyecto, se está viendo mermado por el ritmo y físico de Inglaterra.
El caso de Mohamed Salah no deja de ser paradigmático. La anterior campaña trascendía a las cifras- históricas, por otro lado- y era el principal creador de peligro para los suyos. Era como si de un patrón se tratara: balón que tocaba, amenaza para la defensa rival. Con el inicio de esta, la estrella egipcia se ha apagado y, consecuentemente, el equipo ha ido de la mano.
Ahora, Arne Slot enfrenta la difícil tesitura de levantar el vuelo tras cuatro derrotas consecutivas. En el fútbol- como en la vida-, lo bueno de tocar fondo es que únicamente puedes ascender. Y para ello, el Liverpool debe mirarse al espejo para reencontrarse en el reflejo de su alma con la identidad que lo hizo campeón.