Balonazos
·25 Agustus 2025
El “Rey Salomón”, Real Madrid y el Barça

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·25 Agustus 2025
La segunda jornada de La Liga española estuvo bien interesante; además, con un libreto familiar, como de costumbre: Real Madrid y Barcelona, los de siempre, se sientan en la cima de la tabla, con seis puntos de seis posibles, acompañados por un sorprendente Villarreal.
Pero la forma en que los gigantes de España llegaron a la punta no pudo ser más opuesta, mostrando cada uno su cara en este inicio de campeonato. Un arranque que, desde ya, huele a Clásico.
Para el Real Madrid, la segunda fecha fue un trámite, una especie de paseo de domingo por la tarde. El viaje a Oviedo no solo les deparó la victoria, sino también la confirmación de lo que todos ya sospechaban: Kylian Mbappé es un fenómeno que marca la diferencia. El francés, con dos golazos, silenció a la afición asturiana y reafirmó su valía indiscutible. El equipo de Alonso jugó con soltura, con una cadencia de juego que por momentos rozó la perfección. El «blanco» se vio arrollador, un vendaval ofensivo que no dio tregua, y en el que cada pieza pareció encajar a la perfección.
En la acera del frente, el Real Oviedo, a pesar del resultado, tuvo su momento de brillo. La hinchada asturiana pudo aplaudir a uno de los suyos, a un «pana» que dejó el alma en la cancha: el venezolano Salomón Rondón. El «Rey Salomón», con su brega incansable, supo incomodar a la defensa merengue, luchando cada balón como si fuera el último. Su actuación fue un recordatorio de que, en el fútbol, el esfuerzo y la garra son tan valiosos como el talento puro.
Si el Madrid ganó con la tranquilidad de un día de playa, el Barcelona lo hizo con la adrenalina de una montaña rusa. El equipo de Hansi Flick tuvo que sudar la gota gorda, sufrir y remontar un partido que se les había puesto cuesta arriba. Un 2-0 en contra en los primeros compases del juego fue una bofetada de realidad, un balde de agua fría que, sin embargo, los «culés» supieron aguantar.
Y aquí es donde el fútbol mostró su cara más épica. Con el orgullo herido, el Barcelona sacó su casta, esa que a veces parece ausente, y le dio la vuelta al marcador. No fue una victoria fácil, fue una de esas que se celebran con rabia, con euforia, porque se gana con el corazón y no solo con los pies. El triunfo del Barça fue una demostración de carácter, una lección de que, en este deporte, a veces, hay que ir de atrás hacia adelante para alcanzar la gloria.
Con apenas dos jornadas disputadas, la película ya nos deja una idea de lo que se avecina. El Real Madrid, con su juego fluido y el impacto inmediato de su estrella gala, parece un equipo destinado a dominar.
El Barcelona, por su parte, se aferra a la épica y la historia, a la capacidad de sufrir y de resurgir de las cenizas. Ambos en la punta, sí, pero con sensaciones muy distintas. La Liga apenas comienza, pero ya nos regaló un aperitivo de lo que será la eterna batalla entre los dos colosos del fútbol español. Una pugna que siempre, para deleite de los aficionados, siempre tiene un sabor especial. ¡Veremos!
Langsung
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