Fin de año apretado | OneFootball

Con la plácida resaca de Eindhoven despedía el año el Metropolitano enfrentando al Valencia, un equipo tan venido a menos que da susto pensarlo. El equipo debía estar cansado del esfuerzo holandés, o acomodado a la placidez de los resultados en casa, o tal vez también, influenciado por la entidad caída del rival y salió jugando como al trote, uno de esos partidos que sabía que ganaría simplemente tirando la camiseta.

En el 17, después de varios remates frustrados en el área, Koke agarró un rechace y ajustó con calidad al palo, haciendo su primer gol de la temporada. Es bueno reseñar a Koke también en partidos como este, así como hemos visto en algunos que el ritmo o la velocidad le pasaban por encima, se le ve sobrado para dominar el juego y controlar el partido entero, pese a su edad, en partidos como ese, auténtico mariscal en jefe. Desde entonces, todo entró en un soporífero duermevela, la gente comentando las fiestas, ajustando las cuentas, calibrando los mantecados, los Reyes, Papa Noel y todas las gaitas, hasta que Lucas Beltrán, en el minuto sesenta y tres, pegó un zapatazo desde la frontal y empató el partido, ahí todos despertaron de esa somnolencia de las tres de la tarde y se dieron cuenta que a lo mejor no eran tan fáciles los puntos, que a lo mejor la Liga se seguía escapando por ahí.

MADRID, SPAIN – DECEMBER 13: Koke of Atletico de Madrid is put under pressure by Andre Almeida of Valencia CF during the LaLiga EA Sports match between Atletico de Madrid and Valencia CF at Riyadh Air Metropolitano on December 13, 2025 in Madrid, Spain. (Photo by Florencia Tan Jun/Getty Images)

Con los cambios hechos, al equipo le costaba reaccionar y afortunadamente, otra vieja gloria, Griezmann, adelantó de nuevo con una genialidad, control imposible y remate certero, y puso de nuevo las cosas en su sitio. El Valencia, tan apocado, no tenía arrestos de responder. Sorloth sentenció pero el Var anuló y puso un poco de zozobra hasta el final, que terminó con el portero del Valencia tratando de rematar algún córner. Al final, los puntos quedaron y el Metropolitano se despidió de su amor y del fútbol hasta el próximo dos mil veintiséis, que quién sabe lo que nos traerá.