'Hugomanía' en Boston: el rookie español que se gana el Garden a base de energía y defensa | OneFootball

El TD Garden no suele regalar ovaciones. Menos aún a un rookie extranjero. Pero Hugo González empieza a romper reglas no escritas en Boston. El ex Real Madrid de 19 años volvió a marcharse entre aplausos tras ser una pieza clave en la remontada de los Celtics ante los Indiana Pacers, otro capítulo más de un mes de diciembre que ha disparado su impacto y su protagonismo en la NBA.

Sin grandes focos ofensivos, pero con una influencia constante, el ex del Real Madrid firmó ante Indiana 6 puntos, 11 rebotes, 2 tapones, 1 robo y 37 minutos, el mayor tiempo en pista de todo el equipo. Números que no cuentan toda la historia, pero que ayudan a entender por qué Joe Mazzulla se apoyó en él cuando el partido exigía piernas, físico y carácter.

Boston llegó a ir 20 puntos abajo en la segunda mitad. La remontada nació desde la defensa, y ahí Hugo fue decisivo. Su intensidad para cerrar espacios, cambiar tiros y sostener emparejamientos físicos —incluido Pascal Siakam— marcó el punto de inflexión de un encuentro que terminó con el Garden encendido y rendido a su energía.

No es un caso aislado. En los tres últimos partidos, todos con victoria de los Celtics, González ha dejado una línea sostenida de impacto:

Pacers: 6 puntos, 11 rebotes, 2 tapones, 37 minutos

Raptors: 10 puntos, 10 rebotes, 2 robos, 28 minutos

Heat: 10 puntos, 8 rebotes, 2 robos, 29 minutos

Más minutos, más confianza y una presencia cada vez más natural en los momentos calientes.

Un aporte silencioso pero decisivo

Más allá de la estadística clásica, el español se ha convertido en uno de los jugadores más fiables en términos de impacto colectivo. Su +21 ante Indiana fue el mejor del equipo y resume lo que ven entrenadores, compañeros y analistas: con Hugo en pista, Boston compite mejor.

Ese impacto ya tiene eco histórico. Con sus recuperaciones recientes, González ha superado a Shaquille O’Neal en la lista histórica de robos de los Celtics, un dato simbólico que refleja hasta qué punto su defensa empieza a dejar huella en una franquicia donde cada registro tiene peso.

Su temporada no ha sido explosiva, pero sí progresiva. En noviembre apenas superaba los 9 minutos por partido; en diciembre, su media se ha disparado, y en los últimos encuentros ha rondado o superado la media hora en pista. Mazzulla ya no lo usa como parche, sino como recurso.

Encaja en este Boston en transición: físico, competitivo, solidario y sin necesidad de monopolizar balón. Un perfil que eleva a los que juegan a su alrededor y que explica por qué el Garden empieza a corear su nombre.

A punto de cumplir 20 años, el exjugador del Real Madrid ya no es solo una promesa europea. Es una realidad en construcción dentro de una franquicia exigente, histórica y poco dada a enamorarse rápido. La conexión con la grada, el respeto del vestuario y la confianza del entrenador hablan de algo más que una buena racha.

No es casualidad. Es 'Hugomanía'. Y en Boston, eso ya empieza a decirlo todo.