Madrid-Barcelona.com
·21 Desember 2025
Joan García ya ha sido avisado de lo que pasará en enero: 'Ten cuidado'

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El 3 de enero no será una fecha neutra para Joan García. El portero regresará a Cornellà, un estadio que conoce de memoria, pero lo hará defendiendo otros colores. Vestir la camiseta del FC Barcelona en ese contexto supone un reto emocional que va más allá del fútbol y de la competición.
Para el propio jugador, el partido implica enfrentarse a su pasado reciente. Allí se formó, creció y se ganó el respeto de una afición que ahora lo verá como rival. Ese cambio de rol es el que convierte el encuentro en algo especial, incómodo y cargado de tensión, incluso antes de que ruede el balón.
El enfrentamiento ante el RCD Espanyol siempre ha sido sinónimo de intensidad, pero esta vez el componente simbólico es aún mayor. El derbi catalán está marcado como partido de alto riesgo y no solo por la rivalidad histórica entre ambos clubes, sino por el foco que recae directamente sobre la portería visitante.
El reto de Joan García ante el Espanyol | Getty Images
En el Espanyol existe una preocupación real por la respuesta de parte de la grada. No se espera un ambiente tranquilo ni indulgente. El club sabe que la línea entre la presión ambiental y el comportamiento sancionable puede ser muy fina, especialmente en un partido tan emocional como este.
Ante este escenario, el Espanyol ha optado por la prevención. El dispositivo de seguridad contará con un refuerzo notable, con más efectivos tanto de seguridad privada como de los Mossos d'Esquadra. El objetivo es controlar cualquier situación antes de que se convierta en un problema mayor.
Además, se valora la instalación de redes de protección detrás de ambas porterías del RCDE Stadium. Es una medida poco habitual en Cornellà, pero se considera eficaz para evitar lanzamientos de objetos y garantizar que el partido pueda disputarse sin interrupciones ni incidentes graves.
El recuerdo de sanciones anteriores sigue muy presente en el club blanquiazul. Una nueva infracción podría tener consecuencias importantes, desde el cierre parcial del estadio hasta sanciones económicas y deportivas. Por eso, la directiva no quiere dejar nada al azar en un encuentro tan delicado.
El derbi del 3 de enero será, en definitiva, una prueba de madurez colectiva. Para la afición, llamada a contener las emociones, para los clubes, obligados a proteger el espectáculo. Y para Joan García, que afrontará uno de los partidos más exigentes de su carrera, sabiendo que el mensaje desde Cornellà ha sido claro y directo: “ten cuidado”.









































