La gran noche de Donnarumma | OneFootball

Gianluigi Donnarumma logró desquitarse de todas las voces que llevan años juzgando sus actuaciones en Europa. El portero italiano fue el héroe de un PSG que batió al Liverpool en Anfield tras una tanda de penalties donde el ex del Milán paró dos penas máximas que metían a los de Luis Enrique en cuartos de final

Una eliminatoria como pocas

El fútbol es maravilloso, sobre todo cuando la lógica desaparece y el caos se apodera del encuentro. La eliminatoria del PSG y el Liverpool era, a priori, el gran enfrentamiento (junto al derbi madrileño) de estos octavos de final de la Champions. El súper Liverpool de Arne Slot contra uno de los mejores PSG de la era de Nasser Al-Khelfaï; un Mohammed Salah estelar se enfrentaba al Ousmane Dembélé más constante de su carrera; y una narrativa de campeón contra una de redención.

El partido de ida fue una masterclass de ambos. El PSG atacaba y atacaba el feudo inglés, además de lograr que el Liverpool no pudiera combinar más de tres pases; y los británicos supieron sobrevivir con un Alisson impresionante y un Harvey Elliot que logró batir a Donnarumma en un partido que los parisinos ya habían visto esta temporada. Daba igual cuántas oportunidades tenían; el rival siempre disponía de ese punto de épica que a ellos siempre les faltaba.

Sin embargo, la vuelta en Anfield fue, posiblemente junto a la eliminación del Bayern en 2021, la noche más histórica para el PSG en Europa. Anoche supieron sufrir, jugar, empatar el partido y eliminar al gran favorito de la competición. Además, con un Dembélé y un Donnarumma que carecían de momentos así, y un Luis Enrique que leyó a los de Slot perfectamente.

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Donnarumma vs su historia reciente

Y es que, volviendo a Donnarumma, desde sus inicios en el AC Milan siempre ha parecido carecer de ese ‘duende’ que porteros como Courtois, Oblak o el propio Alisson sí han poseído. Aunque fuera una de los grandes argumentos de que Italia ganará la Eurocopa de 2021, a la hora de la verdad en Champions nunca acababa de aparecer, siendo el caso más ilustrativo, el famoso partido en donde el Real Madrid remontaba al PSG de Pochettino con un fallo claro del italiano.

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Se le pedía eso, aparecer. Y tras una ida donde los viejos fantasmas aparecieron, Donnarumma se puso las botas de trabajo en la vuelta, realizando su gran actuación en Champions. Es cierto que el Liverpool dominó por momentos, pero no asedió la portería parisina, con muchos balones que rebotaban en Pacho o Marquinhos y centros en los cuales Gianluigi salía de puños para sacarlos del área, labor que aunque fue fundamental, no suelen entrar en las estadísticas.

La tanda de penaltis con sabor parisino

Aun así, sería en los penaltis donde se coronaría como el héroe de su equipo. Achraf Hakimi ganó el sorteo de campo a un Virgil Van Dijk confundido, y los franceses pudieron sentir el calor de los aficionados que se habían movilizado hasta las islas. Los nervios no pudieron ni con Vitinha (aunque Alisson Becker estuvo muy cerca de detener su penalti centrado), ni con un Mohamed Salah que empataba la tanda para el Liverpool. Gonçalo Ramos, que acababa de entrar en el encuentro, anotó el segundo, y un Darwin Núñez que había realizado un partido con más sombras que otra cosa, erró su penalti después de que Donnarumma acertará donde iba la bola.

Dembéle marcó el tercero para adelantar a los suyos, y las sensaciones de que el PSG iba a llevarse la eliminatoria fueron más reales que nunca cuando el guardameta italiano pararía también la pena máxima de Curtis Jones. Finalmente, el joven Désire Doué no quiso dar ningún susto al PSG y, con su penalti metió al equipo en los cuartos de final.

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Todas las cámaras iban a un Donnarumma electrizante y eufórico que acababa de eliminar al que, para muchos, era el principal favorito para ganar la competición. Las imágenes de Luis Enrique y el portero hacían olvidar los meses difíciles en los que ambos estuvieron cuestionados, y en donde la persistencia ha tenido mucho que ver para estar un pasito más cerca de lograr el ansiado objetivo del club.

El PSG no necesita a Mbappé, Neymar o Messi para competir por esta Champions, sino que ha necesitado jugadores llenos de fe y con ganas de demostrar hasta dónde pueden llegar. La suerte es aleatoria, pero cuanto más la busques, más cerca estás de encontrarla.Y pocos equipos en Europa la buscan con más insistencia que el PSG.