La reconfiguración del cuerpo técnico de Boca | OneFootball

El fallecimiento de Miguel Ángel Russo dejó una profunda huella en todo el mundo Boca y en el fútbol argentino. La noticia impactó de lleno en el plantel, el cuerpo técnico y los hinchas, que aún atraviesan días de dolor y homenaje hacia quien fue uno de los grandes referentes del club. En medio del duelo, la dirigencia tomó una decisión importante: Claudio Úbeda, histórico ayudante de Russo, asumirá la conducción del primer equipo hasta fin de año. No habrá un reemplazo directo, ya que se mantendrá intacta la estructura que el propio Miguel había conformado.

Juan Román Riquelme, presidente de Boca Juniors, respaldó esta determinación y aseguró la continuidad del grupo de trabajo que acompañó a Russo durante su última etapa. Úbeda estará acompañado por Juvenal Rodríguez, con quien ya dirigió los recientes encuentros frente a Defensa y Justicia y Newell’s, cuando el entrenador no pudo estar presente por su estado de salud. El principal objetivo será cerrar el 2025 asegurando la clasificación a la Copa Libertadores 2026, aunque desde el club subrayan que, en este momento, el aspecto humano tiene prioridad sobre lo deportivo.

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Claudio Úbeda liderará el proyecto deportivo de Boca en honor a Russo

La nueva era en Boca comenzará oficialmente el próximo sábado, cuando Úbeda y su cuerpo técnico tomen las riendas del equipo en medio de un clima cargado de emoción. Junto a él continuarán Juvenal Rodríguez como segundo ayudante, y los preparadores físicos Adrián Gerónimo y Cristian Aquino, quienes mantendrán la metodología de trabajo instaurada por Russo. Además, Cristian “Tigre” Muñoz seguirá a cargo del entrenamiento de los arqueros, reforzando la continuidad del proyecto.

Úbeda, que acompañó a Russo desde su experiencia en Arabia Saudita y Rosario Central, expresó su dolor en redes sociales con un emotivo mensaje de despedida. El cuerpo técnico, unido por la memoria del histórico DT, buscará sostener la fortaleza emocional del grupo y honrar el legado de Miguel Ángel en cada entrenamiento y partido.

Esta transición representa un desafío para Boca, no solo desde lo deportivo, sino también desde lo anímico. En La Ribera se respira respeto, compromiso y la firme convicción de seguir el camino trazado por Russo, un símbolo eterno de trabajo, humildad y amor por el club.