Madrid-Barcelona.com
·20 Oktober 2025
Las cámaras de Movistar lo registraron y Vinícius no queda en buen lugar: Esto es lo que ocurrió en el jaleo de Getafe

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El partido de LaLiga entre Getafe y Real Madrid volvió a dejar una imagen repetida. Vinícius en el suelo, brazos al aire, mirando al árbitro con gesto de incredulidad. Lo que debía ser una tarde tranquila se convirtió en otro episodio de tensión, con el brasileño en el centro de todas las miradas.
Esta vez no por su talento, sino por sus constantes simulaciones y provocaciones. Sacaron de quicio a los defensas azulones y al propio banquillo local.
Durante todo el encuentro, el jugador madridista buscó faltas donde no las había. Cada mínimo contacto lo convertía en una caída aparatosa.
Juan Iglesias, lateral del Getafe, perdió la paciencia en un momento del partido. Y le soltó una frase que se escuchó incluso en las gradas: “¡Por esto todo el mundo te odia!”.
El comentario reflejó el ambiente que se respiraba en el Coliseum, cansado del show y de las provocaciones del brasileño.
El episodio más tenso llegó cuando Allan Nyom saltó al campo. Bordalás, técnico del Getafe, quiso reforzar la defensa sacando a Femenía con tarjeta, pero el plan duró apenas unos segundos. En su primera acción, el jugador camerunés fue expulsado por una entrada que Vinícius se encargó de dramatizar al máximo.
Según explicó el propio Bordalás tras el partido, el brasileño se acercó al banquillo para felicitarle con ironía: “Buen cambio”. La frase encendió aún más los ánimos, sobre todo porque Nyom ni siquiera había tocado el balón antes de ver la roja. En Getafe consideran que el delantero del Real Madrid buscó de forma descarada la expulsión y lo logró.
En El Chiringuito desvelaron además otro detalle que no ayudó precisamente a limpiar su imagen. Nada más salir al campo, y sin haber recibido una sola falta, Vinícius se acercó a un rival y le soltó un “¡Qué malo eres!”. Un gesto provocador que resume a la perfección la actitud del brasileño durante el partido.
Lejos de centrarse en jugar, el extremo pareció obsesionado con desquiciar a los rivales, un papel que domina pero que empieza a cansar dentro y fuera del terreno de juego. No fue casualidad que acabara siendo abucheado por buena parte del estadio, incluso por aficionados neutrales.
Curiosamente, mientras Vinícius acaparaba titulares por sus gestos y polémicas, Mbappé firmaba un partido sobrio, eficaz y sin una sola palabra fuera de tono. El francés es hoy el verdadero buque insignia del Real Madrid, y en Getafe lo dejó claro: nadie se metió con él, nadie lo provocó y él tampoco buscó hacerlo.
Esa diferencia de actitud no pasa desapercibida dentro del vestuario blanco. Vinícius sigue siendo importante, pero ya no es el centro del proyecto. Su fútbol se ha ido diluyendo entre protestas, gestos y simulaciones que restan más de lo que suman.
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