Un 10 Puro
·31 Desember 2025
Los 12 deseos del Real Madrid para el 2026

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·31 Desember 2025

Finaliza 2025 y, como marca la tradición, la nochevieja volverá a estar acompañada por las doce uvas y los doce deseos. En el Real Madrid, sin embargo, el simbolismo va más allá del ritual. El cambio de año coincide con el cierre de la primera parte de la temporada y deja un escenario inquietante: segundo en Liga, juego en retroceso y una sensación general de proyecto a medio construir.
El triunfo ante el Barcelona en el Clásico parecía haber marcado un punto de inflexión. No fue así. Desde entonces, el equipo ha ido perdiendo solidez, continuidad y confianza. Xabi Alonso encara 2026 con la Supercopa de España marcada en rojo, consciente de que el margen de error es mínimo y de que su futuro inmediato pasa por Arabia Saudí.
En ese contexto, estos no son simples deseos. Son necesidades estructurales para que el Real Madrid vuelva a competir como exige su historia.
El primer deseo es también el más urgente. El Real Madrid necesita volver a ser un equipo con identidad. En los últimos meses ha sobrevivido a base de individualidades, sin continuidad ni control de los partidos. Para competir por títulos, el equipo debe mandar desde el balón, no limitarse a resistir.
Vinicius Jr. atraviesa uno de los momentos más grises desde su explosión definitiva. El Madrid necesita que el brasileño vuelva a ser desequilibrante, agresivo y decisivo en el último tercio. Sin su mejor versión, el ataque pierde profundidad y amenaza constante.
Las lesiones han sido un lastre continuo. Centrales, laterales y jugadores clave han ido cayendo uno tras otro, impidiendo continuidad y automatismos. El deseo es claro: salud y regularidad, algo imprescindible para sostener cualquier idea de juego.
El Real Madrid necesita de un Xabi Alonso fiel a sí mismo. El equipo ha perdido la identidad que mostró en el inicio de la temporada y en el Mundial de Clubes: presión alta, recuperación rápida en campo rival y dominio de los partidos desde la intensidad y el orden.
Aquella versión permitía recorrer pocos metros para marcar y transmitía control. Hoy, esa idea se ha diluido entre dudas y concesiones. Para recuperarla, Xabi debe ser fiel a sus conceptos, aunque implique decisiones incómodas, con el respaldo del club y la implicación del vestuario.
Sin convicción desde el banquillo y compromiso desde los jugadores, no hay once de gala ni proyecto que se sostenga.
Kylian Mbappé sostiene gran parte del peso ofensivo del equipo. El problema no es que marque, sino que los demás no acompañan. Rodrygo, Vinicius, Bellingham y el resto deben aumentar su aportación goleadora para no convertir al Madrid en un equipo previsible.
Thibaut Courtois ha sido una de las grandes noticias del curso. Su nivel ha evitado que los problemas defensivos se traduzcan en una crisis mayor. El deseo es que mantenga esa versión superlativa, aunque el equipo sabe que no puede vivir eternamente de sus paradas.
Dean Huijsen llegó con un cartel prometedor y dejó buenas sensaciones en sus primeras apariciones. Sin embargo, su rendimiento se ha diluido, entre pequeños problemas físicos y pérdida de confianza. El Madrid necesita al central que proyecta ser, especialmente en un contexto de lesiones atrás.
El argentino fue anunciado como un fichaje ilusionante. Empezó con protagonismo, pero terminó el año con un rol secundario, lastrado por la pubalgia. El club y el cuerpo técnico confían en que 2026 sea el año de su consolidación real.
Brahim, Ceballos, Gonzalo, Camavinga… La rotación ha sido irregular y poco determinante. El Madrid necesita una segunda unidad capaz de alterar el ritmo de los partidos y sostener al equipo en un calendario asfixiante.
El Real Madrid necesita volver al mercado. No necesariamente para fichar galácticos ni nombres mediáticos, sino futbolistas útiles, perfiles intermedios, que eleven el nivel competitivo de la plantilla. La política de fichajes basada casi exclusivamente en agentes libres o apuestas generacionales ha dejado carencias evidentes.
El equipo necesita profundidad, piezas que encajen, que sumen desde el primer día y que sepan que tendrán minutos. Fichar por necesidad deportiva, no solo por oportunidad estratégica.
Valverde ha vivido un curso irregular, con debates sobre su posición y su rol. El club espera que vuelva a ser el jugador total y competitivo que marca el pulso del equipo. En paralelo, Bellingham sigue siendo imprescindible, pero necesita un rol claro: hoy es fundamental en la base del juego más que como llegador constante.
En la planificación aparece un deseo evidente: fichar un mediocentro cerebral que aporte claridad y pausa. Además, el club afronta renovaciones clave —Vinicius, Rüdiger— y decisiones sensibles con figuras como Carvajal o Alaba. El futuro inmediato también se juega fuera del campo.
El Real Madrid entra en 2026 con la obligación de recomponerse desde dentro. Xabi Alonso, la directiva, los jugadores y la afición saben que el tiempo no sobra y que la Supercopa puede marcar el destino del proyecto.
Las doce campanadas pasarán rápido. En el Real Madrid, los deseos solo se cumplen si se convierten en respuestas inmediatas.









































