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·6 September 2025

Los partidos decisivos que le dieron a la selección paraguaya el boleto al Mundial

Gambar artikel:Los partidos decisivos que le dieron a la selección paraguaya el boleto al Mundial

Desde que arrancaron las eliminatorias mundialistas en Sudamérica (1954), el combinado paraguayo alcanzó siete clasificaciones.

Aclarando que las dos primeras participaciones de la Albirroja en un Mundial fueron por invitación (Uruguay 1930 y Brasil 1950), esta es la historia, anécdotas y curiosidades incluidas, de los partidos definitorios que le dieron a la Albirroja el pase a la máxima competencia futbolística.


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Al país vikingo, con gran polémica previa

Antes del triunfo frente a Uruguay, por 5-0, aquel domingo, 14 de julio de 1957, en el entonces estadio de Sajonia, que le dio a Paraguay el pase a la cita ecuménica de Suecia 1958, se desató una gran polémica por el premio que debían de recibir si ganaban a los charrúas.

El incidente desembocó, en la mañana del encuentro, en la renuncia a la selección del arquero titular Honorio Casco, que se había alistado en los dos primeros partidos frente a Colombia, que concluyeron con victorias (3-2, en Bogotá y 3-0 en Asunción). Tuvo que suplirlo de apuro, Rubén Noceda, el golero de alternativa, con todo el peso de la responsabilidad.

Pero al cuadro dirigido por el “Gran capitán” Aurelio González, poco le importó esa valiosa resta y a la tarde entraron en el viejo estadio de Sajonia con el “cuchillo entre los dientes”, conscientes de que el éxito les llevaría al Mundial vikingo. Fue goleada de 5 a 0, con tres goles de Florencio Amarilla y uno de Juan Bautista Agüero y Ángel Jara Saguier y la clasificación estaba sellada.

Tras 28 años de espera

Luego de estar ausente en seis mundiales, por fin, 28 años después, pudo la Albirroja romper el “Hechizo” y volver en México 86, al torneo de fútbol más importante del Mundo. En aquella eliminatoria de 1985, la Albirroja terminó en segundo lugar en el grupo 3, por detrás de Brasil, con derecho a participar de los partidos de repechaje.

En primer término dejamos atrás a Colombia y aparecía Chile en el horizonte albirrojo para disputar la final por el boleto a la cita mexicana. En la ida, en Asunción ganamos 3-0 y en la revancha, en el partido decisivo jugado el 17 de noviembre del 85, Paraguay alcanzó el empate consagratorio, 2-2.

Los goles albirrojos fueron obra del lateral izquierdo , Wladimiro Schettina y el ídolo Julio César Romero. Roberto Fernández, padre de Junior, salvó al equipo de la derrota, al detener un tiro penal ejecutado por el “Mortero” Jorge Aravena y el pase estaba asegurado. “El Gato” volvería a repetir la hazaña en el Mundial “charro”, al desviar un penal a Hugo Sánchez, el goleador histórico de los mexicanos.

La etapa más dulce de La Albirroja

Luego del Mundial de EE.UU 1994, la FIFA eliminó los grupos en la clasificación sudamericana, cambiando por el sistema de todos contra todos, a pedido de la Conmebol. Además el mayor ente del fútbol mundial decidió que los triunfos valdrían 3 puntos, en vez de los 2 tradicionales, buscando mayor motivación por la victoria en el balompié mundial.

El primer selectivo jugado con el nuevo sistema fue camino a Francia 98. Paraguay tuvo una buena campaña y al final quedó en segundo lugar, con 29 puntos, a una unidad del líder Argentina. El partido de la clasificación que fue el 12 de octubre de 1997, en el triunfo ante Venezuela, 1-0, en el Defensores del Chaco, encierra una pintoresca anécdota.

En los días previos, la pregunta del millón era si el recién convocado, Félix Torres ingresaría o no al partido dependiendo de las alternativas del mismo. Se sabía que el fuerte de Torres era el juego aéreo y también se conocía que el técnico de la Albirroja, Paulo César Carpégiani, era “alérgico” a los centros sobre el área contraria y que priorizaba el “Jogo boníto” de toques, histórico de los brasileños.

Dos días antes del partido y en conferencia de prensa, el periodismo deportivo le trasladó al entrenador esa inquietud y el brasileño no tuvo mejor idea que responder, “ojalá no tenga que depender de los centros y del ingreso de Torres para ganar el partido”. La historia que siguió a aquella célebre frase todo el mundo lo sabe.

En el partido la selección no podía penetrar en la tupida defensa venezolana y sobre los 68 minutos Carpegiani no tuvo más remedio que hacer ingresar al “Tanque” Torres, quien un minuto después, vaya ironía del destino, marcaría el gol del triunfo, con golpe de cabeza y el boleto a la cita gala estaba abrochada.

Como “premio” echaron al DT Markarián

La clasificación al Mundial de Corea-Japón 2002, se consiguió casi sin contratiempos. El partido visagra fue el empate de 2 a 2, frente a Argentina, con goles de José Luis Chilavert de penal y Gustavo Morínigo, en la 16ª ronda, disputado en el Defensores del Chaco, el 7 de octubre de 2001.

El primer gol argentino lo convirtió el defensor Mauricio Pochettino, con la mano, que el árbitro peruano Carlos Hidalgo no lo vio. Antes de la derrota frente a Venezuela (3-1), por la 17ª fecha, la Albirroja ya estaba clasificada, por la combinación de resultados previos.

Lo increíble ocurrió al termino del selectivo, con el despido del técnico Sergio Markarían, a quien lo reemplazaron por el italiano Cesare Maldini, que no sabía nada del fútbol paraguayo, en una increíble decisión de la APF de entonces.

Harrison pide tregua a los periodistas

En el sendero del camino que conducía a la cita ecuménica de Alemania, 2006, la selección paraguaya dirigida por el ya desaparecido técnico uruguayo Aníbal Ruiz, trasmitía más dudas que certezas a la afición paraguaya y todo el mundo esperaba el relevo del charrúa.

Hasta que se llegó a la fecha 16ª, donde la albirroja debía enfrentar, de local, a la poderosa selección de Argentina. La presión era casi insostenible para el presidente de la APF, Óscar Harrison, que decidió cortar por lo sano, llamando a una conferencia de prensa días antes de enfrentar a los argentinos, para pedir a los periodistas que dejen de criticar la labor del Maño.

“Dejenle trabajar tranquilo al técnico. Después si no le ganamos a Argentina, pueden decir lo que quieran”, se explayó el escribano a los trabajadores de la prensa. Lo que se interpretaba era que, si no derrotamos a los argentinos, el “Maño” tendrá que irse. Por fortuna la tarde del domingo 8 de octubre del 2005, la Albirroja venció 1-0, con gol de Roque Santa Cruz y la clasificación al Mundial Teutón quedaba servida, que se lograría una ronda después, con el triunfo sobre Venezuela, en Maracaibo, por 1 a 0, con tanto de Nelson Haedo Valdez.

Le ganamos a Maradona y compañía

La noche previa al histórico miércoles 9 de setiembre de 2009, día en que Paraguay le ganó, 1-0, a la Argentina, en el Defensores del Chaco y selló la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010, había llegado el seleccionado albiceleste a nuestro país y fuimos testigo de cuando la delegación ingresaba al hotel de hospedaje, cerca del aeropuerto.

El grueso del plantel bajó del bus que los trasportó cubiertos con no más de 4 guardaespaldas y en último lugar descendió el entrenador del seleccionado argentino, Diego Armando Maradona, respaldado por 10 custodios, dando una contundente imagen de que el “10” era mucho más importante que todos los integrantes de la plantilla visitante de ese entonces.

Al día siguiente una magnífica jugada del inolvidable “Mariscal” Salvador Cabañas culminó con el gol del triunfo del “León Guaraní” Nelson Haedo Valdez, para abrochar la clasificación a la cita africana, competencia donde la Albirroja dirigida por Gerardo “Tata” Martino llegaría hasta los cuartos de final, como nunca antes había ocurrido en justas mundialistas.

El cazador de utopías tocó la varita mágica

Fue un poco de seducción y mucho de estrategia y de magia pura, no existe otra explicación para lo que hizo el estratega argentino, Gustavo Alfaro, que fue convencer al plantel albirrojo de su real valía y de que estaban todavía a tiempo de cambiar capacidad en vez de las malas actuaciones anteriores, que a la larga les daría como premio la clasificación al Mundial Norteamericano del 2026.

Alfaro había llegado a la Albirroja, en agosto del 2024, en un momento complicado para nuestra selección, que venía de cumplir su peor actuación de todos los tiempos en una Copa América, con el técnico Daniel Garnero al frente y ni que decir de la flaca gestión en el selectivo mundialista, donde había conseguido solo cinco puntos de los 18 en juego, en las seis rondas iniciales, primero con Guillermo Barros Schelotto, en las dos primeras fechas y luego con Garnero.

Desde el primer momento de la gestión de Alfaro los integrantes del mismo plantel que antes había sido vulnerable y vapuleado por las críticas, empezaron a creer en ellos mismos y con el transcurrir de las eliminatorias y apuntalado por los buenos resultados, se llegó al combo final, con la necesidad de lograr solo un punto, de los seis restantes en juego, para regresar a un Mundial luego de 16 largos años y tres intentos fallidos.

La noche del jueves 4 de setiembre del 2025 quedará grabada para siempre en cada paraguayo, pues ese día, el empate, 0-0 frente a Ecuador devolvió a la Albirroja a la élite del fútbol mundial, de la mano de Gustavo Alfaro, autor del libro “Cazador de utopías”, escrito luego de clasificar a Ecuador al Mundial de Qatar 2022.

Datos: L. Irala.

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