Otro partidazo de Kylian Mbappé para superar a Haaland en la Bota de Oro | OneFootball

 Siempre Kylian Mbappé. El francés volvió a ser el protagonista absoluto. Una vez más, su figura se impuso en un escenario mayúsculo. Y no por casualidad. San Mamés es un estadio imponente. Exigente. Intenso. Un lugar donde no todos resisten. Pero Mbappé sí. De hecho, él mismo confesó que allí tocó fondo la temporada pasada. Dijo que fue el momento de darse cuenta de que debía dar el máximo. Que tenía que jugar con personalidad. Por eso, lo que hizo ahora tiene aún más peso.

Esta vez, su respuesta fue una obra de arte. Un gesto de carácter. De confianza. Y, además, de una determinación reservada solo a los elegidos. Su gol del 1-0 fue una barbaridad. Una acción digna de los mejores. Incluso, podría llevar la firma del propio Ronaldo Nazario en sus días de gloria. Mbappé arrancó casi desde el centro del campo. Lo hizo con potencia. Con decisión. Con esa zancada que parece infinita. Después, condujo hasta la frontal. Quebró a su marcador con una facilidad insultante. Y, finalmente, soltó un derechazo cruzado imposible para Unai Simón. Golazo descomunal. Quizá el mejor desde que viste de blanco.

A continuación, hay que destacar un detalle clave. Ese gol fue su sexto tanto desde fuera del área. Nadie marca más de esa manera en las cinco grandes ligas. Nadie. En consecuencia, su impacto ofensivo está muy por encima del resto.

La temporada del francés ya roza lo inexplicable. Suma 30 goles y 7 asistencias en 24 partidos. Entre el Madrid—con 25 goles y 4 asistencias y la selección francesa con 5 y 3 mantiene un ritmo demoledor. Por lo tanto, sus números hablan por sí solos. Lo empujan hacia todos los premios individuales del año.

Además, con su último tanto en LaLiga igualó a Erling Haaland en la pelea por la Bota de Oro. Ambos con 15 dianas. Aunque el empate duró poco. Porque en el minuto 59, Mbappé marcó su segundo gol de la noche. Otro latigazo imparable. Y otro golpe en la mesa. Y, al fondo, el Balón de Oro mirándole directamente a los ojos.

Pero hay más. Cuando aún no habían pasado diez minutos de partido, Mbappé ya mostraba estadísticas de otra dimensión. Dos regates completados. Dos posesiones recuperadas. Dos remates a puerta. Y un gol. En otras palabras, una declaración de intenciones. En un estadio que un día le dolió… y que ahora le teme cada vez que toca el balón.

Esta temporada, además, ya acumula seis dobletes, un hat-trick y un póker. En definitiva, un futbolista de otro planeta. Y un jugador que continúa elevando sus propios límites partido tras partido.

Autor: Iván.

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