PIÑAS EN OLYMPIQUE DE MARSELLA: Rabiot y Rowe se pelearon en el vestuario | OneFootball

El Olympique de Marsella sorprendió la semana pasada al comunicar oficialmente que los jugadores Adrien Rabiot y Jonathan Rowe habían sido puestos en la lista de transferibles. La decisión, tomada junto al cuerpo técnico, responde a un violento incidente ocurrido en el vestuario tras la derrota 1-0 frente a Rennes, en el arranque de la Ligue 1.

Según medios franceses, todo comenzó cuando Rabiot (30 años) y otros jugadores experimentados del plantel le recriminaron a Rowe (22) la falta de actitud dentro de la cancha. La discusión tomó temperatura y terminó a las piñas, una situación tensa que obligó a intervenir al personal de seguridad del club. En medio del caos, el juvenil Darryl Bakola, de 17 años, se descompensó y tuvo que ser asistido por médicos. Vale aclarar que Leonardo Balerdi, Facundo Medina y Gerónimo Rulli son los tres argentinos que están en el equipo.

En una entrevista con AFP, el presidente del club, Pablo Longoria, calificó lo sucedido como “un hecho de una gravedad y violencia extremas”. Aunque no presenció el altercado —ya que tiene prohibido el ingreso al vestuario tras una sanción—, respaldó la sanción junto al director deportivo Mehdi Benatia y el DT Roberto De Zerbi. “Nunca vimos algo así en nuestras carreras”, afirmó.

“Tuvimos que tomar una decisión después de un incidente que superó lo aceptable en un club de fútbol, como en cualquier organización”, explicó el español. “De Zerbi lleva 13 años como entrenador, (el director deportivo) Benatia está en el fútbol de alto nivel desde los 22 años y yo empecé en el fútbol profesional a los 20. Creo que los tres tenemos suficiente experiencia como para decir que nunca vimos algo así en un vestuario”.

Benatia coincidió con Longoria en declaraciones a RMC Sport: “Fue un caos, nunca vi algo así. Podés calentarte, pero no se puede llegar a una agresión física, un piñazo, tener que llamar a seguridad para separarlos…”. Además, el marroquí remarcó que los jugadores empeoraron su situación al no pedir disculpas en las 48 horas posteriores al incidente.

De Zerbi respaldó totalmente la postura del club en su conferencia del viernes: “En un lugar de trabajo, tenés a dos empleados a las piñas, como si estuvieran en un pub inglés, y un compañero tirado en el piso porque perdió el conocimiento”, afirmó.

Ambos jugadores fueron inmediatamente apartados del plantel, mientras la dirigencia busca una salida para cada uno. En el caso de Rowe, su partida ya se venía evaluando. El inglés había llegado desde Norwich y fue clave en el título europeo Sub-21, pero había perdido terreno con la llegada del brasileño Igor Paixao, refuerzo récord del club. Finalmente, se confirmó su traspaso al Bologna.

La situación de Rabiot es más compleja. El ex Juventus era referente del equipo y había sido clave en la clasificación a la Champions. Aceptó una rebaja salarial para sumarse al proyecto y hasta fue elogiado en una serie documental del club. Sin embargo, tras el incidente, su continuidad quedó descartada. Su madre y agente, Veronique Rabiot, cuestionó la decisión: “Hubo una discusión, sí, pero la sanción es desproporcionada. Nadie terminó herido”.

Desde la dirigencia aseguran que no hay intereses económicos detrás de la medida. De hecho, según explicaron, estaban negociando una renovación con Rabiot antes del conflicto. Pese a ello, se espera que salga en este mercado: tiene contrato hasta junio y desde enero podrá negociar como libre.

Mientras tanto, De Zerbi respaldó la decisión en conferencia. “Esto no es un bar inglés, es un lugar de trabajo”, disparó. Además, criticó que ninguno de los involucrados pidió disculpas tras la pelea. “En un club, la jerarquía es clara: está el entrenador, después los jugadores”, sentenció.

Este nuevo escándalo enciende las alarmas en Marsella. Ya hubo otros episodios de tensión en la etapa anterior de De Zerbi, incluida una amenaza de renuncia tras una derrota con Auxerre. En ese contexto, con el PSG en el horizonte y la visita de Paris FC a la vuelta de la esquina, el ambiente en el Velodrome vuelve a cargarse de electricidad.