
lavidaenrojiblanco.com
·19 Oktober 2025
Puntos sufridos

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Ganar después de la diáspora que producen los parones de selecciones siempre es complicado, más si cabe si enfrente se presenta una de esas chinas en el zapato como suele ser Osasuna, o más concretamente Herrera, su portero, que cuando juega con el Atleti parece no llamarse Sergio sino Yashim. El caso es que el Atleti arrancó bien, fuerte, con pocas -o ninguna- rotaciones respecto de lo que Simeone viene entendiendo como el once de gala. Koke, obligado por la sempiterna lesión de Cardoso, y tal vez Giuliano, especialmente castigado por Argentina en estos diez días. Arrancó con buen pie, con ritmo, con un Baena muy participativo, combinando con Griezmann, con Julián, con Nico por la otra banda. Al poco, uno a cero, un golazo de Álex a pase de Julián que fue ridícula y desatrosamente anulado por el VAR. Había un supuesto fuera de juego posicional de Griezmann, pero estaba a kilómetros de la jugada, con ninguna influencia. Pero desde el VAR llamaron, y de Burgos Bengoetxea anuló. Incomprensiblemente anuló. Aquello sacó un poco del partido al Atleti, pero en seguida siguió persistiendo, llegaban ocasiones, el dominio era absoluto pero al final de todo siempre estaba Herrera.
MADRID, SPAIN – OCTOBER 18: Thiago Almada of Atletico de Madrid celebrates scoring his team’s first goal during the LaLiga EA Sports match between Atletico de Madrid and CA Osasuna at Riyadh Air Metropolitano on October 18, 2025 in Madrid, Spain. (Photo by Denis Doyle/Getty Images)
En la segunda mitad comenzó la rueda de recambios, de dos de ellos, el desborde de Giuliano primero y el remate de Almada a su pase, surgió el único gol del partido, el que desatascó lo que empezaba a hacerse bola. Los cambios dieron aire, pero quien realmente dio juego fue el que nunca es cambiado, Marcos Llorente, un jugador total que comenzó a llegar por todos lados y a desconcertar a la bien pertrechada defensa de Osasuna. Lo exiguo del marcador provocó que en los minutos finales, en el arreón postrero, Osasuna tuviese una ocasión de gol como se encontrará pocas a lo largo de la temporada. Moi se internó en el área surcando aprovechando el miedo de los defensores al penalti y asistió a Budimir, que remató franco en la frontal del área pequeña, con toda la portería para él. Ahí emergió Oblak, sacó una pierna imposible, apareció de repente, el Oblak de antes, el de siempre, el de los puntos, y trajo de vuelta los puntos que ya casi se daban por perdidos. Hay veces que son los porteros los que ganan y anoche fue una de ellas.
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