Rodrygo, el último de la fila | OneFootball

El brasileño ve cómo Güler, Brahim, Gonzalo y Mastantuono le adelantan con el mercado entrando en su recta final y los pretendientes, sin decidirse a ir a por él.

El nuevo Real Madrid de Xabi Alonso no es tan nuevo. En el primer partido oficial de la temporada, se vieron males del curso pasado: poca profundidad, falta de imaginación en ataque, exceso de centros sin destinatario… Sí mejoró algunas cosas, como la solidez defensiva y el trabajo sin balón. Pero todo eso lo hizo con el mismo 4-3-3 con el que vivió y murió Ancelotti, aunque con una diferencia: Rodrygo ya no está en la ecuación.

Al llegar Xabi al banquillo, el comentario fue recurrente: el Madrid probablemente pasará a jugar con dos atacantes y ahí el perjudicado será el brasileño. No empezó así en el Mundial, pero luego se instauró esa tesis y en efecto, Rodrygo salió del once. La pretemporada ha sido corta y ha permitido ver pocas cosas, pero el duelo ante Osasuna ya es el algodón del curso oficial y ese algodón no engaña: ni jugando con tres arriba entra Rodrygo en los planes del tolosarra.

Tanto es así que ante el equipo rojillo se vio superado Rodrygo hasta en cuatro ocasiones. Dos de ellas, en el once titular: Güler, con su paso al centro del campo, se ha instalado en la titularidad y parece que seguirá ahí, al menos, hasta que regrese Bellingham, cuando le tocará a Xabi decidir si el turco pesa tanto como para cambiar el dibujo; y Brahim, el extremo derecho titular en estos momentos, lo fue en Innsbruck ante el Tirol, ensayo general para el estreno de Liga, y lo fue ante Osasuna.

Dos golpes importantes, pero comprensibles al fin y al cabo. Rodrygo sabe que no lo tiene fácil con Xabi, aunque su intención, como ya publicó AS, es quedarse en el Madrid y pelear por los minutos. Aunque quizás lo que sucedió en la segunda parte le pueda hacer cambiar de idea: Xabi Alonso efectuó dos cambios en el ataque para sacar a Brahim y a Vinicius, y en ninguno de los dos casos el elegido para entrar fue el ex del Santos.

Uno de los elegidos fue Gonzalo, que se ganó en el Mundial gracias a sus cuatro goles un hueco en la plantilla y en la mente de Xabi; entró por Vinicius para situarse en punta y mandar a Mbappé a la izquierda, lo que significa además que Xabi tampoco ve a Rodrygo como primer relevo de su compatriota, algo que Ancelotti sí solía considerar y de lo que se aprovechaba Rodry para jugar en su posición predilecta, esa en la que ha firmado actuaciones considerables en el pasado.

Y el otro cambio en la ofensiva fue el golpe definitivo: Franco Mastantuono. Porque el Bernabéu tenía sed del argentino y eso lo sabe también Rodrygo, pero hay un mensaje soterrado en el hecho de que un recién llegado de 18 años que ha hecho cuatro entrenamientos (cuatro, contados) le quite los minutos a un futbolista que ha hecho la pretemporada completa, con arraigo en un club y con hitos a su espalda, como esos dos goles ante el City que terminaron valiendo una Champions League. La cara del brasileño en la banda mientras calentaba y era consciente de que no iba a salir era un poema; también en el banquillo en la prolongación, mascando un tapón de plástico, a falta de algo mejor que llevarse a la boca.

“No ocurre nada con Rodrygo…”

Y todo esto, con el mercado de fichajes entrando en la recta final. Rodrygo, repetimos, insiste en que se quiere quedar y si esa postura se mantiene, no hay caso. Lo único que le quedará será remangarse y tratar de convencer a Xabi Alonso de que merece más. El tolosarra, mientras, es poco claro en rueda de prensa: “No ocurre nada con Rodrygo. El Mundial fue un contexto diferente, por la competición que era. Lo podemos dejar atrás. Hoy sólo ha sido un partido, lo que cuenta es esta temporada y cuento con Rodrygo, no hay que hacer una lectura demasiado a futuro. Si en tres meses tiene esos minutos podré responder con más certeza. Hoy ha sido por circunstancias de partido y decisión mía”.

Pero si su opinión cambia y decide explorar una salida, la cuestión está en ver qué pretendientes hay en el mercado. El Manchester City parecía uno claro, pero de momento Savinho no sale y no se genera un hueco para que Guardiola pueda ir a buscar a un jugador al que siempre quiso. El Tottenham, club que aspiraba a Savinho, podría cambiar su objetivo también. Y ojo al Liverpool tras un verano de cartera caliente. Pero para todo ello Rodrygo tiene que desear salir y eso no está claro. De momento, ya ha visto como Xabi Alonso le ha colocado el último de la fila que forman los jugadores con los que compite por minutos.

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