Grada3
·2 Desember 2025
Xabi Alonso se la juega: situación crítica y fechas clave para tomar una decisión

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·2 Desember 2025

Xabi Alonso no consigue despegar en el Real Madrid, más bien todo lo contrario. Sus inicios en el banquillo blanco evidenciaban que faltaban muchos cambios por llevar a cabo, una transformación que debía producirse con el paso del tiempo. Pero se veía una idea y acompañaban unos resultados. Sin embargo, todo ha cambiado en el último mes de competición, después del Clásico, después de vencer al eterno rival. Ahora, el tolosarra está en el punto de mira y, de no revertir la mala racha actual, su puesto podría estar en peligro.
Xabi Alonso llegó al Real Madrid en el mes de julio, sin apenas tiempo para preparar un Mundial de Clubes que en la casa blanca querían ganar, aunque sabían que el cambio en el banquillo y el nivel mostrado en la pasada campaña no invitaba al optimismo. Debutó con el Al–Hilal, y sorprendió que su once y táctica eran clavadas a las de Ancelotti, incluido Rodyrgo en la banda derecha. Había una novedad, Gonzalo, por el lesionado Mbappé. El partido terminó con empate, y gracias.
Pero todo cambió a partir del segundo partido. Mantuvo a Gonzalo, sentó a Rodrygo (apenas tuvo más minutos en el Mundial), echó el equipo mucho más para adelanté, le instó a presionar, a jugar en campo contrario, a defender en campo contrario. Le valió al equipo para pasar de ronda, y para eliminar en las eliminatorias al Dortmund y a la Juventus, con buenas sensaciones, y con un Gonzalo que lo metía todo, Bota de Oro del Mundial. Hasta que llegó el PSG, reciente campeón de Champions, y puso en su sitio a los blancos (no hay que olvidar que hubo dos fallos groseros de Asencio y Rudiger que condicionaron el partido).
El equipo dejó una buena imagen, sobre todo por cómo había trascurrido la temporada, se llegó a semifinales, aceptable, aunque quedó claro que se estaba un paso por debajo de los grandes.
Sin apenas pretemporada, el Real Madrid comenzó el campeonato como un tiro, ganándolo todo, el Liga y en Champions. El juego no convencía, pero si el aspecto defensivo, desde área contraria, y el equipo estaba unido y convencido de lo que hacía. Pero todo se disipó en el Metropolitano, donde los blancos encajaron la mayor goleada de sus vecinos en 75 años, falta de actitud y falta de criterio deportivo. El equipo se levantó, y lo ganó todo, aunque las miradas estaban puestas en tres partidos que se disputaban un mes después del varapalo ante el Atlético de Madrid, Juventus, Liverpool y, sobre todo, el Barcelona.
Se ganó a la Juventus, y se ganó al Barcelona, al eterno rival, que te había ganado los cuatro partidos el pasado año, con goleadas. Y se ganó jugando bien, siendo superior. Pero todo ello quedó eclipsado cuando Xabi Alonso sentó a Vinicius, y el brasileño protagonizó una reacción desproporcionada, a ojos de todo el mundo, evidenciando un conflicto interno con el entrenador más allá de una simple rabieta. Ahí se desquebrajó el Real Madrid, hasta ahora.
Aunque luego se ganó bien al Valencia, el Liverpool, un equipo que está en crisis, a punto estuvo de sacar los colores a un Real Madrid que se salvó gracias a una de las mejores actuaciones de Courtois bajo palos que se recuerda, y eso en mucho decir del belga. Se perdió por la mínima, pero, a partir de ahí, conflictos internos, jugadores descontentos con el entrenador, una fractura que ha pasado factura en lo deportivo, en una Liga donde, hasta ese día, solo el Atlético de Madrid había conseguido hacer daño a los de Xabi Alonso, todo había cambiado.
Con el partido del Liverpool, el Real Madrid iniciaba un calendario nunca antes visto en el fútbol actual, seis partidos consecutivos fuera de casa, dos de Champions y cuatro de Liga. La NFL, el partido adelantado de la Supercopa y un sorteo de Champions que ha salido así, ha provocado este desajuste. Si no hubiera habido NFL, se habrían jugado, de los 6 partidos, solo 1 en casa. Con este calendario y la fractura interna, el Real Madrid ha cedido tres empates en Liga ante Rayo Vallecano, Elche y Girona, tres equipos cuyo objetivo principal es la salvación. Contra el Olympiacos se ganó, gracias a un póker de Mbappé que anuló los tres goles de los griegos, pero lo que más preocupa es que el equipo ha dejado de hacer todo lo que hacía en el primer tramo de la temporada, ese trabajo en equipo, esa presión a campo completo, esa defensa que no concedía.
El equipo es como si se hubiera desconectado de Xabi Alonso, como si no remaron todos en la misma dirección, como si esas discrepancias internas hubieran fraccionado la relación entre entrenador y plantilla.
Xabi Alonso se la juega, y mucho, y los próximos partidos serán clave. El club ha respaldado al entrenador y ha mandado un mensaje a los jugadores. Ante el Girona, pareció haber un cambio de actitud que de nada vale si no se gana. El partido de este miércoles ante el Athletic es clave, el vasco lo sabe, el Real Madrid no se puede permitir estar cuatro partidos de Liga sin ganar y, de los cuatro partidos del campeonato liguero que se jugaban fuera, a priori, es el más complicado. El domingo vuelven al Bernabéu, y aunque se espera que en casa no tengan problemas, tendrán que andarse con ojo con el Celta más fuerte de las últimas temporadas.
Pero cuando realmente se la juega es dentro de una semana, el próximo miércoles 10 de diciembre, ante el Manchester City. Guardiola y su equipo pondrán a prueba a un Real Madrid que, pese a ganar al Barcelona, sigue generando muchas dudas ante los grandes. Puede ser el punto de inflexión para Xabi Alonso: la victoria de reafirmaría y le devolvería una confianza que ahora mismo esta perdida. Pero la derrota, podría suponer un duro golpe que, dependiendo de los dos próximos resultados de LaLiga, podría ponerle al borde del abismo.
Según Eduardo Inda, director de OkDiario, declaró en El Chiringuito que desde el club le ven verde, le culpan, también a los jugadores, de la situación actual del equipo, y le dan este margen de tres partidos para reaccionar. El peor de los escenarios, tres derrotas, podría sentenciarle antes de Navidad. Incluso ganando los dos de Liga, una abultada derrota ante los ingleses, podrían sentenciarle. Es cierto que ahora mismo no hay alternativas para ocupar el banquillo, pero el club buscaría un revulsivo, algo que hiciera espabilar a una plantilla a la que no se le puede despedir por completo.









































