
La Galerna
·12 luglio 2025
Adagio para cuerdas de tenis

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·12 luglio 2025
Buenos días, amigos.
Las portadas de hoy se dedican casi en exclusiva a Carlitos Alcaraz, quien ayer avanzó a una nueva final de Wimbledon, la tercera consecutiva. Y Carlitos es tan madridista que, cuando llega a una final, es para ganarla y llevarse el título. Podría ser su sexto Grand Slam en la sexta final, una infalibilidad que nos recuerda que nada luce tan hermoso como el blanco absoluto sobre el verde del césped.
Sí, amigos, nos hemos levantado poéticos, o melancólicos, quién sabe. Quizás abducidos por la reinterpretación del sargento Elías en Platoon que nuestro Carlos deja en todas las portadas:
Es un momento mítico de la película de Oliverio Piedra, de 1986. Del mismo año que Rafa Nadal, por cierto, otro que nos viene a la memoria cada vez que vemos en acción a su sucesor. El adagio para cuerdas de Barber invade todo el espacio acústico, y el sargento Elías cae abatido por los certeros disparos de los “charlies”.
Ayer, nuestro “Charlie” Alcaraz también supo sumar disparos certeros, uno tras otro, para llevarse por delante a un acertado Fritz, mientras componía un perfecto adagio con las cuerdas de su raqueta. El adagio es un término que se refiere al tempo, a la velocidad de ejecución de los movimientos y es más pausado de lo habitual, más lento, como las dejadas que Carlitos nos regaló con maestría. El metrónomo interior del murciano supo marcar el ritmo del partido y llevarlo a lo que cada momento requiriera, ya fuera andante, allegro, vivace o, como en varios puntos cruciales, molto vivace. Saques a 210 kilómetros por hora, voleas sutiles, golpes ganadores cruzados o paralelos, globos que se quedaban suspendidos en el aire como las notas del violín en la pieza de Barber.
Otra portada a lo “sargento Elías” en el diario As. Y muchos términos italianos en el Portanálisis de hoy, quizás influidos por cómo la selección española femenina llevó a término la resistencia de las italianas en la Eurocopa. O por vislumbrar en el horizonte londinense a ese pecador (Sinner), que ayer se llevó por delante al veterano Novak Djokovic. El italiano es el número 1 del mundo y un gran jugador, eso es indiscutible, pero no podemos pasar por alto la fortuna que ha tenido en las dos últimas eliminatorias al ganar a unos contrincantes muy mermados por las lesiones: el búlgaro Dimitrov se retiró cuando marchaba dos sets arriba, y ayer, el serbio carecía de la movilidad y agilidad que siempre le caracterizaron.
El diario prisaico no puede evitar dejar caer una de esas frases que tanto le gustan para comenzar durante varias semanas a confeccionar “su” plantilla: altas, bajas, fichajes imposibles, rumores que nunca se confirman… Es lo que en esta redacción se conoce (y próximamente en la RAE) como “pajiplantilleo”. “Faltan fichajes, sobra plantilla”. Prepárense para los titulares de todos los veranos con nuevos nombres que surgirán. “No dejes que la realidad te estropee una buena historia”, señores del diario. Mucho menos un titular.
Más Elías Alcaraz en la portada del Mundo Deportivo, y un titular en el faldón superior para los “pajiplantilleos” culés de cada verano: “Flick, muy claro con Ter Stegen”. Más le vale al alemán pensar en una salida… o reforzar la seguridad de su vivienda.
“El Barça espera conseguir la regla del 1:1” con su gran palanca congoleña, jojojo, aún nos duran las carcajadas, o si no, inscribirá igualmente a sus fichajes. ¿Acaso lo dudáis?
Por su parte, el diario Sport se desmarca de la noticia que copa el resto de portadas y pasa del “Implacable” al “Imparables”:
Y mientras Pogacar se vuelve a vestir de amarillo, Ter Stegen sabe que tendrá que hacerlo en otros lares. En otro pequeño recuadro aparece la noticia del fichaje del lateral Carreras por el Real Madrid. Bienvenido sea, sus ídem serán muy apreciadas en un equipo que necesita reforzarse.
Pasad un buen día, poneos el adagio para cuerdas de Barber, y relajaos, extasiaos con su sensibilidad. Cualquier cosa antes que leer panfletos que hacen preguntas cuyos redactores bien merecen una persecución (metafórica) como la que sufrió el sargento Elías antes de caer abatido: