Un 10 Puro
·29 giugno 2025
Benfica 1-4 Chelsea: Los rayos aplazaron la celebración

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·29 giugno 2025
Los rayos aplazaron la celebración, pero el Chelsea ha firmado su nombre como el primer equipo europeo clasificado a los cuartos de final del Mundial de Clubes. Los ingleses dominaron el compromiso en su gran mayoría y la viveza de Reece James para aprovechar una desatención de Anatoli Trubin fue suficiente para sacar una ventaja mínima, pero aparecieron las nubes para hacerlos sufrir. Los blues tuvieron que irse hasta la prórroga para poder sentenciar la eliminatoria y terminar abultando el marcador.
El Benfica se queda en el camino tras haberse metido en octavos como líder del grupo C. Por su parte, además del boost obvio por la clasificación, esta victoria en específico le puede dar una motivación extra al Chelsea; antes de este cruce, Benfica y Chelsea se habían enfrentado en dos ocasiones en competiciones continentales y en ambas ocasiones pasó el Chelsea, que terminó campeonando en los dos casos.
Los primeros 45 minutos del encuentro fueron un monólogo inglés de comienzo a fin. El Benfica se sintió menos que el Chelsea y actuó en consecuencia; los de Bruno Lage le cedieron la pelota a los blues, plantaron un bloque bajo, cerca de su portería, y apostaron todo a sorprender en unas transiciones ofensivas que no estuvieron ni cerca de funcionar. El equipo londinense defendió bien las jugadas tras pérdida y la dupla Colwill-Badiashile sufrió entre poco y nada para mantener el juego lejos de Robert Sánchez. Pocas fueron las ocasiones en que el cuadro luso superó la mitad de la cancha.
El dominio fue absoluto para el Chelsea, que literalmente desde el primer minuto amenazaba al Benfica; a los pocos segundos del pitido inicial, Pedro Neto robó una pelota de los pies de un defensor rival y disparó desde banda derecha para obligar a Anatoli Trubin a aparecer por primera vez en el partido. El guardameta ucraniano se terminaría convirtiendo en la gran figura de la primera mitad, pues sólo a través de él se entiende que los lisboetas se hayan ido al descanso con un empate a cero en el marcador; además de ese envío tempranero de Neto, Trubin se hizo grande para desviar un par de remates de Palmer (20′) y Cucurella (38′) que llevaban dirección de gol.
La gran mayoría de llegas peligrosas de los blues tuvieron un denominador común: Marc Cucurella. El español empezó el encuentro ocupando la banda izquierda y tardó poco en cerrarse y jugar por carriles internos, como ya es costumbre con Enzo Maresca. Con menos exigencias defensivas que de costumbre, el canterano de La Masía vivía muy cerca del área portuguesa y sus compañeros lo encontraban constantemente desmarcado. No sólo participó en varias jugadas importantes, sino que tuvo el gol en sus botas; antes de esa gran parada de Trubin en el mano a mano, el catalán sacó un disparo al 19′ que, tras haber vencido a Trubin, fue despejado milagrosamente por António Silva con un cabezazo sobre la línea.
El Chelsea sufrió el mismo mal de siempre, pues sus mejores jugadores vivían incómodos. Enzo Fernández y Cole Palmer -uno tirado por derecha y otro por izquierda- tuvieron poco contacto con el balón y, cuando éste llegaba a ellos, lo hacía en zonas y escenarios en las que su impacto no era demasiado grande. Al partir desde la izquierda, Cole Palmer no contaba con la posibilidad de armar su remate de media distancia que tanto daño suele hacer al equipo contrario. El inglés quedó resignado a una posición que no lo potenciaba del todo por primar el sistema del entrenador, que tampoco es que haya dado malos resultado en la primera parte.
El Chelsea siguió dominando, pero cada vez generaba menos peligro en las cercanía del área lusa. Con el paso de los minutos, los blues cayeron en la monotonía que padecieron a lo largo de la pasada temporada y sólo en el talento individual el equipo encontró las respuestas que la pizarra de Maresca no le daba. Al minuto 64, Reece James cobró un tiro libre lejano y, cuando todos pensaban que mandaría un centro al corazón del área, el capitán tiró de viveza y coló un disparo por el primer palo de Trubin; el ucraniano pasó de ser el mejor del primer tiempo a encajar con un error grave y dejar a su equipo al borde del precipicio.
Ahora en desventaja, el Benfica estaba obligado a dar un paso hacia delante, pero a los ibéricos les quedaba poca gasolina en el tanque. Ángel Di María, que durante la primera hora repitió esfuerzos para defender como un lateral, ya resignaba las ayudas a la zaga par gastar sus últimos esfuerzos en ayudar al ataque a encontrar el camino hacia el empate. Aun así, ni el argentino ni ninguna de las piezas del Benfica arriba interrumpió la tranquilidad de los defensores del Chelsea. Los blues no sufrían atrás y, al recuperar, pocos toques les bastaban para encontrarle las cosquillas al equipo de Bruno Lage.
La línea defensiva del Benfica hacía aguas y el Chelsea coqueteaba con el gol a campo abierto. Antes de salir sustituido, Liam Delap llegó a anotar el segundo tanto en un contraataque, pero fue anulado por el linier por fuera de juego. Durante el último tramo del juego los ingleses insistieron por esa vía al ver lo frágil que se notaba un Benfica al que ya no le daban las piernas para seguirles el ritmo. Cada vez parecía estar más cerca el segundo gol de los blues y más lejos el primero de O Glorioso.
El anuncio de la suspensión (Buda Mendes/Getty Images)
En ese momento en que todo parecía encarrilado para la victoria y el pase a cuartos de final del Chelsea, aparecieron las nubes. Al 85′, el árbitro paró el juego y activó el protocolo FIFA por rayos. Los futbolistas volvieron a los vestuarios a esperar que pasara media hora tras la caída del último rayo para saltar a calentar al césped y disputar los últimos minutos del compromiso.
Después de más de dos horas, el partido se reanudó. Con un ritmo de juego enrarecido por el parón tan largo, el Benfica intentaba llegar al empate. Los lusos ganaron un par de tiros libre; el primero no pasó a mayores y en el segundo llegó el game changer. Al 90+2′, Otamendi cabeceó y la pelota se desvió en la mano de Malo Gusto; los futbolistas saltaron a protestar y, con asistencia del VAR, Vinčić rectificó su decisión inicial y cobró penal. Di María asumió la responsabilidad y, como en todas las grandes citas, ‘el Fideo’ no falló. Engañó a Robert Sánchez y le devolvió la vida a los suyos. La prórroga era una realidad.
El envión anímico del penal fue opacado rápidamente en el tiempo extra, pues al 92′ Gianluca Prestianni dejó a los suyos con uno menos tras hacer una falta que le valió la segunda amarilla. Curiosamente, en inferioridad numérica el Benfica tuvo más acercamientos al arco de Sánchez. El Chelsea se plantaba en campo rival, pero eran los lusos en sus contraataques los que encontraban espacios y ocasiones de peligro. Belotti fue capaz de girarse y habilitar a sus compañeros en un par de acciones que pusieron los nervios de punta en el banquillo del Chelsea. Di María tuvo el balón en dos escenarios favorables a campo abierto, pero no ejecutó de manera ideal en el último toque.
La segunda parte de la prórroga empezó con polémica por un duelo entre Dahl y Nkunku que terminó con el francés en el piso y sus compañeros pidiendo penal, pero el árbitro no lo consideró suficiente. Pasaron sólo segundos hasta que los blues, a trompicones, llegaron al gol del triunfo. Al 108′, Moisés Caicedo remató desde el costado izquierdo, Trubin paró a media, el balón quedó rodando hacia la línea de gol y Nicolás Otamendi apareció para cortar la trayectoria como pudo; no obstante. la pelota quedó servida para Nkunku, que antes de caerse alcanzó a rematar y poco pudo hacer Otamendi, que desde el suelo intentó como pudo tapar espacios.
Pedro Neto anota el tercer gol del Chelsea (Buda Mendes/Getty Images)
Ahora con el Benfica ya mareado, el Chelsea no tardó en dar la estocada final. Recuperaron en el medio del campo y aprovecharon la línea defensiva tan adelantada de los portugueses para encontrar a Pedro Neto y que éste se fuera a campo abierto, se plantara mano a mano con Trubin y definiera a la perfección para aumentar la diferencia a falta de seis minutos del final. Y tres minutos más tarde, Cole Palmer asistió a Dewsbury-Hall para abultar el resultado ante un Benfica ya vencido.
XI de Benfica: Trubin; Aursnes (86′), Otamendi, Silva, Dahl; Luís (70′), Barreiro; Di María, Kökçü (85′), Schjelderup (46′); Pavlidis (70′).
Suplentes: Ferreiras, Bajrami, Carreras, Oliveira, Santos, Wynder, Luis, Prestianni (70′), Prioste, Rego, Veloso (85′), Aktürkoğlu (46′), Belotti (70′), Bruma, Gouveia (86′).
XI del Chelsea: Sánchez; James (80′), Badiashile (70′), Colwill, Cucurella; Caicedo, Lavia (86′); Palmer, Fernández (81′), Neto; Delap (81′).
Suplentes: Penders, Slonina, Acheampong, Adarabioyo (70′), Anselmino, Chalobah (86′), Gusto, Sarr, Santos, Dewsbury-Hall (81′), Essugo, George, Madueke, Guiu, Nkunku (81′).
Goles: James (64′), Di María (90+5′)
Tarjetas rojas: Prestianni (92′)
Árbitro: Slavko Vinčić
Estadio: Bank of America Stadium (Charlotte, Estados Unidos)
Imagen de Buda Mendes/Getty Images