La Galerna
·21 dicembre 2025
Courtois es más que solo el mejor portero del mundo

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·21 dicembre 2025

El Madrid ganó después de otro partido insatisfactorio. Mostró mejor actitud que en otros encuentros, pero su brega en la presión se vio contrarrestada por la ineficiencia de la misma. El descontrol en la ejecución de dicha presión derivó en ocasiones claras del Sevilla, que aprovechó el desorden para generar peligro, aunque no para marcar. Courtois lo evitó, con tres o cuatro milagros desproporcionados. Decir que Courtois es el mejor portero del mundo se ha convertido en eso que los anglosajones llaman un understatement. No es el mejor portero del mundo. Es el mejor jugador del mundo. Si el mundo no considera que los porteros son jugadores, es el mundo el que debe hacérselo ver. El que no sea el vigente Balón de Oro constituye la aberración más vergonzosamente aceptada por la práctica totalidad de la gente.

El mayor problema de las crisis de juego del Madrid, tradicionalmente, es que suelen ser equívocas y contradictorias. Un día se sostiene por la pegada, y al siguiente la pegada es justamente lo que falla. Un día le crean muchas ocasiones y, cuando puede presumir de que ya casi no se las crean, le producen una y se convierte en el gol del partido. El del Sevilla fue un choque en el cual no se encajó, pero no puede decirse que la defensa estuviese bien. Tampoco lo estuvo el ataque, fase en la que los jugadores tomaron casi siempre decisiones equivocadas. Crearon ocasiones, pero menos de las que deberían si hubiesen estado medianamente atinados, y el hombre del récord empatado, Mbappé, marró varios goles casi hechos. O sea, el problema estuvo a la vez en que no se crearon suficientes ocasiones y en que no se materializaron las creadas. Cualquiera entiende al Madrid. Pero no a este, a cualquier Madrid. Lo que pasa es que este además desespera.
Desespera pero está volviendo a ganar. Así es como puede (soñemos) arrancar de nuevo el Madrid, ganando primero y jugando después, reconfortado por los puntos. Y así (soñemos más) es como puede recuperar las sensaciones que, con la excepción del Metropolitano, mostraba hasta el partido del Valencia inclusive. Los que jamás vieron nada bueno en este Madrid de Xabi estarán lógicamente desesperados. Los que vimos cosas muy buenas en los primeros compases (Mundial incluido), soñamos con volver, como Los Secretos.
No es el mejor portero del mundo. Es el mejor jugador del mundo. Si el mundo no considera que los porteros son jugadores, es el mundo el que debe hacérselo ver
Rodrygo parece recuperado para el juego. Es la mejor noticia de la triada de victorias irritantes Mendizorroza-Talavera-Sevilla (aparte del hecho de que lo fuesen: victorias, no irritantes). Casi marca un gol espectacular. Convirtió en una maravillosa asistencia, para el gran cabezazo de Bellingham, el lanzamiento de la falta donde perdonaron una expulsión al Sevilla, y forzó el penalti del gol de Mbappé. Dicen que le perdonaron la segunda amarilla, pero tarjetas como la primera no se ven fuera de la lucha contra el enemigo made in CTA. Es decir, que le perdonaron en todo caso la primera amarilla. Jugó mucho y con criterio. Inquietó siempre. La sensación ahora mismo es que la batalla por traer de vuelta al mejor Rodrygo, donde tanto ha empeñado Xabi su crédito, puede salirle bien. Cabezonería o concienciación respecto a la importancia de la salud mental. Sea lo que sea, puede convertirse en un éxito.

Vinícius estuvo voluntarioso pero desacertado. Silbarle no me parece lo más inteligente, si bien no es tan infantil como cambiar tu foto vestido de blanco, en tu perfil de Instagram, por otra donde luces la camiseta de la pentacampeona. Poner puntos suspensivos bajo la foto (…) me parece un subrayado un tanto hortera. A Bale le dijeron tanto que no amaba al Madrid que terminó por pasar bastante. A Vini le acusaron tantas veces de ser un niñato que van a terminar convirtiéndolo en uno. Las profecías autocumplidas de la prensa antimadridista y/o pipera, y del seguidismo de parte del público con dicha prensa.

El Madrid va a recuperar efectivos, esperemos con los dedos cruzados que no a trueque de perder otros. A partir de ahí, veremos. Mi profecía es que ganará al Betis, ganará la Supercopa y Xabi acabará, como mínimo, la temporada. Sobre qué pase de ahí al término de la misma, en cambio, prefiero no aventurarme. Sí reiteraré que la clave de esta campaña se llama Camavinga. Recuperarlo también, como puede estar pasando con Rodrygo, y confiar en un futuro próximo ajeno a las malditas lesiones, supondría recuperar el juego en el centro del campo, que es la carencia más alarmante. Con Eduardo escoltando a Tchouaméni, con Valverde de vuelta en su puesto cuando retornen Carvajal o Trent, y con alguna incorporación en el mercado de invierno (y/o de la cantera) que la plantilla agradecería, el centro del campo tendrá la palabra a la hora de decidir si 2026 va a ser tan amargo como el año que le precedió, o si por lo menos revelará que tenemos derecho a confiar en una transición hacia algo. Como cantaba Tom Waits, en aquel villancico no reconocido como tal, you’re innocent when you dream.
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